Un personaje distinto

Written by | Campus, Portada

Entrevista con Jerson Hondall, estudiante de Relaciones Internacionales

En una universidad tan diversa como la UDLAP es común ver un montón de personas distintas; pero no por ello distintivas. Pocos son los que logran sobresalir de entre la multitud. Sin embargo, un hombre con paso acelerado, con libros en los brazos, lentes de sol, camisas y pantalón negro lo ha conseguido: «no sé qué impresión se habrán llevado de mi porque generalmente voy muy aprisa y con muchos libros», confiesa.

Jerson Hondall: personaje único e inconfundible. En La Catarina sabemos que es su último semestre en esta casa de estudios y hemos decido dedicar esta contraportada al singular individuo que sin duda marcó a cuanta gente conoció durante su estancia aquí.

Catarina: ¿Qué es lo que mueve a este hombre que está en todas partes en la universidad?

Hondall: Me motiva siempre la curiosidad de aprender. Entré a esta universidad hace cinco años y desde que llegué me dejé guiar por la filosofía de dejarme sorprender, y sorprenderse implica siempre estar alerta; estar atento de todo lo que sucede a nuestro alrededor y tener ganas de conocer más, ir a nuevos lugares, conocer más personas y tratar de aprovechar todo lo que una universidad como ésta tiene para ofrecer. Digo, sin pretensión de sonar a publicidad, esta universidad tiene muchísimas posibilidades para los estudiantes, y desde que entré, pensé que sería una grosería a mis padres, que son quienes me apoyan para estudiar aquí, no aprovechar todas las oportunidades.

C: ¿Qué es lo principal que recuerdas de tus primeros semestres?

H: Yo creo que la crisis de identidad que viví de primer a segundo semestre. Cuando entré a la universidad yo tenía un conflicto causado no solamente por una nueva etapa: lo que representa la institución de la universidad. Cuando uno va creciendo siempre tiene a la universidad como a este nivel académico al que uno llega y donde se está más cerca de la vida real. Además, tenía una crisis personal de no saber realmente si yo era o no gay y lo que iba a implicar aceptarlo. Crecí en un ambiente en donde me hice a la idea de que ser gay estaba mal; cuando llegué y empecé a tener la experiencia universitaria, comencé a vivir, a conocer, a hacer y deshacer, y a explorar este otro lado de mí que no conocía. Mientras comienzo a descubrirme y a aceptarme pienso: estoy haciendo algo mal, me van a expulsar de la universidad; vivía en colegios universitarios y pensé que también me expulsarían de ahí, que le iban a hablar a mis papás. Realmente creía que estaba haciendo algo muy malo. Recuerdo esos semestres por eso, digo, siempre tuve muchas otras experiencias que me hacían sonreír.

C: ¿Cuáles fueron los puntos de inflexión de tu vida universitaria?

H: Cada semestre tuvo lo suyo. En cada uno conocí personas que me inspiraron y me motivaron a ser una mejor persona, pero sin duda los puntos de inflexión serían entrar al CEUDLAP, a Elocuencia8080 y encontrar a las personas que conocí a través de esos dos proyectos; así como formar una relación no sólo académica, sino de amistad con algunos de mis profesores. Eso sin duda fue fundamental para mi formación académica y humana.

C: ¿Qué personalidades crees que impactaron más tu estadía en la universidad?

H: ¡Huy, podría mencionar muchísimas personas! Mis mejores amigos, personal de la universidad, administrativos y académicos. Yo creo que no podría mencionar sólo un par individuos. Sólo sé que he sido muy afortunado de conocer a distintas personas que me han aceptado, apoyado y recordado lo importante de seguir adelante, de tener más proyectos, de plantearse más metas; y luego de cumplirlas, platearse otras: no quedarse en la línea de meta, sino empezar otra carrera.

C: Hablando de carreras; estudias Relaciones Internacionales y además cursas un certificado en Historia del arte. ¿Por qué?

H: Siempre estuve interesado en las cuestiones artísticas, pero siempre lo había dejado como algo secundario; como un hobby. Con el tiempo decidí que sería importante formalizar esas inquietudes artísticas. Estaba en quinto semestre y a través de una amiga me acerqué a Laurence Le Bouhellec y al departamento de Historia del arte y les planteé esta inquietud. Les dije que estaba muy interesado en la pintura, la escultura, la danza, pero que siempre había sido muy capilar mi conocimiento y que quería aprender. El certificado dio un vuelco inesperado a mi carrera. Combiné ambas cuestiones: por un lado gestión cultural a nivel internacional, y por el otro escribir sobre lo que sucede en el mundo del arte más allá de un ambiente cerrado, embonando las piezas de ambos rompecabezas.

C: Estás a punto de graduarte. ¿Cómo te preparas para terminar con todos los proyectos?

H: Creo que algo que nunca me ha gustado de mí es que no me doy el tiempo de pensar que cierro un ciclo. En mi mente sólo digo que ya terminó y no me doy espacio para tomar consciencia de que algo acabó. Me pasó cuando terminé en CEUDLAP, Elocuencia8080, Prácticas, Servicio… Entonces si bien sé que se acerca el fin, no me gusta pensar demasiado en eso y trato de vivir estos últimos meses como estudiante tratando de disfrutar mi tesis, a mis amigos, la vida en Cholula –que sin duda es una característica fundamental, sobre todo aquí, en la UDLAP–. Trato de no pensar, ni de estar triste al respecto pensando en qué voy a extrañar. Creo que uno extraña más las cosas si piensa lo mucho que va a extrañarlas.

C: ¿Qué esperas de ti en el futuro?

H: Nunca perder la curiosidad ni la habilidad de sorprenderme; creo que nadie debería dejar de hacerlo con momentos especiales o lugares. Tengo mucha incertidumbre y un poco de miedo, un miedo positivo, si es que eso existe. Miedo por lo que está por venir y de no saber la forma que tiene: maestría, trabajo o viaje, pero también es una curiosidad por saber qué es.

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Fotos por: José Ricardo Walls Tamayo

Miguel Agúndez

Miguel.agundezro@udlap.mx

Last modified: 31 enero, 2014