El peligro de pertenecer

Written by | Opinión

GENDERLAND

Desde el año pasado, Rusia ha llamado la atención de la comunidad internacional gracias a su nueva ley que prohíbe lo que ellos describen como “propaganda gay”. Dicha ley, no sólo ha hecho de estas minorías enemigos del Estado, sino que también ha provocado un aumento importante de crímenes de odio; tales agresiones son llevadas a cabo por grupos neonazis como Occupy Pedophilia. Las autoridades rusas rara vez castigan estos crímenes y describen a este tipo de organizaciones como “movimientos civiles que luchan contra los pecados de la sociedad”.

Rusia no es el único país donde pertenecer a la comunidad lésbico, gay, bisexual, travesti, transgénero, transexual e intersexual (LGBTTTI) es sancionado por la ley. En Uganda la homosexualidad es ilegal y hasta hace poco se trataba de aprobar una ley que condenaba a los homosexuales a la pena de muerte. El presidente de Uganda, Yoweri Museveni, ha rechazado la ley gracias a la presión internacional. Sin embargo, el proyecto dejó una ola de violencia contra estas minorías, cuyo auge fue la publicación de datos personales de cien miembros de la comunidad en el periódico Rolling Stone, lo que llevó al asesinato del activista David Kato.

El mes pasado, en los vagones del metro, se comenzaron a repartir volantes con la foto de Aristegui en los que se ofrecía tratamiento para la corrección de la homosexualidad (específicamente del lesbianismo). En diciembre del año pasado Yakiri iba a visitar a su pareja cuando dos hombres la raptaron y violaron en un hotel de la Ciudad de México, uno de los atacantes murió, así que la víctima fue acusada de homicidio. Yakiri es lesbiana, por lo que no se puede descartar la posibilidad de una violación correctiva. En 2012 torturaron y asesinaron a Agnes Torres, defensora de los derechos de la comunidad LGBTTTI, en Puebla.

Todos los años se organiza en la Ciudad de México, la entidad federativa con el mayor número de crímenes por homofobia, un desfile que celebra la libertad. Se reparten condones mientras la gente graba como si se tratara de un show de criaturas exóticas, un desfile en donde se olvida que hay estados en donde no se tienen los mismos derechos y libertades, en donde miembros de la comunidad son perseguidos y eliminados. Hasta cuándo este día dejará de ser una atracción y comenzará a ser lo que tiene que ser: una marcha.

Nury Nada Más

nuri.rubinmo@udlap.mx

Last modified: 10 febrero, 2014