Written by Cafeína para despertar
Tenía entendido que una vez elegida mi carrera el dilema existencial de ¿qué hacer con mi vida?, terminaría. Que me volvería una experta en lo que fuese que me gustara y sabría exactamente a donde querría ir con eso, que el proyecto de construir mi identidad estaría completo; y siendo sincera no sabía que la universidad era el principio y no el final de todo lo que me daba miedo: la vida y qué hacer con ella.
Hoy, en mi sexto semestre estoy igual de perdida que en mi primer día, y cuando la gente se me acerca para preguntarme qué viene después, qué es lo que quiero hacer, dónde me veo en 20 años.. mi mente se queda en blanco y colapsa. Supongo que en la medida en que maduramos, nos damos cuenta que el tiempo se nos viene encima, que el mundo está esperando por nosotros con toda una lista detallada de “expectativas por cumplir”, y si no quieres ser un número positivo en la estadística de desempleo es justo saber que fuera de la UDLAP, en el mundo “de verdad”, es a matar o morir.
Un estudio de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES) anunció que hasta el año pasado, por cada 10 egresados, 4 permanecen desempleados. Piensen en sus clases: si en promedio hay 25 alumnos y la tendencia de desempleo se mantiene hasta el día en que se gradúen, 10 de esos 25 pasarían de “licenciados” a “ninis” en menos de 5 minutos, ¿ya te dio miedo?
Y a propósito de ninis, un estudio de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos destacó que 25 por ciento de nosotros – jóvenes entre 15 y 29 años- se autoproclaman como tales, de los cuales 2 millones tienen estudios universitarios (44.5 estadios de fútbol llenos de licenciados sin nada que hacer).
Lo cierto es que mañana nadie va a responder por nosotros, que el mundo allá afuera te va a exigir más y mejor empezando por hoy, ¿qué viene después de tu carrera?, ¿qué quieres hacer?, ¿dónde te ves en 20 años? Porque la verdad es que aunque las posibilidades son infinitas… los puestos de trabajo no.
María Fernanda Soria Cruz
Last modified: 17 febrero, 2014