Nosotros los nobles

Written by | Ágora

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Nosotros los nobles (2013), dirigida por Gary Alazraki, es una comedia sobre un padre de clase alta que, a falta de una madre, tuvo que dejar a una nana a cargo de sus hijos (cosa que casi nunca pasa en las familias de clase alta) convirtiéndolos en unos juniors buenos para nada. Los hijos: un mirrey, una MMC (mientras me caso) y un hippie. Los tres viven con lujos, tirando el dinero de su padre y tratando como inferior a todo aquél que no sea digno de buen trato (la clase trabajadora, pues).

Cuando su padre se da cuenta de que sus hijos están fuera de control decide darles una lección: finge que su empresa está en quiebra por fraude y los lleva a vivir a una colonia menos nice de la ciudad y los obliga a trabajar. Ahora, aquí viene la parte interesante, porque al parecer lo que el buen Gary nos quiere enseñar es que las oportunidades en México sobran. ¡Sí, leíste bien! No hay por qué preocuparse por el desempleo, los nuevos impuestos y las reformas porque todo lo que se necesita es leer un buen libro de autoayuda (de esos que están junto a los de Paulo Coelho) y ser un poquito emprendedor para mantener, sin estudios, una casa de dos pisos con tres personas. ¡Gracias, amigo Gary, me quitaste un peso de encima!

Pero eso no es todo, Nosotros los nobles tiene otras importantes lecciones que darnos como el hecho de que el resentimiento social justifica el maltrato en la pareja —retratando así la sabia frase “pégame, pégame pero no me dejes”— y básicamente que las mujeres, por mucho que trabajen, siempre van a necesitar a un hombre que se haga cargo de ellas.
En fin, la película no tiene nada de innovador y sigue las fórmulas de los churros hollywoodenses que cuando sales del cine ya no recuerdas muy bien de qué trataba la película. Por otro lado, considerando el recorte de presupuesto a Instituto Mexicano del Cine y Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (y que directores jóvenes y talentosos no reciben el apoyo económico necesario por lo que no pueden terminar la producción de sus películas sin tener que vender la mitad de su alma, o vender computadoras), si tienen 108 minutos que gastar, se las recomiendo porque no podíamos esperar nada mejor.

Nuri Rubín

nuri.rubinmo@udlap.mx

Last modified: 17 febrero, 2014

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