Ayuda universitaria

Written by | Editorial, Portada

La represión violenta parece ser algo común en la actualidad. La situación entre Rusia y Ucrania es una de las tantas manifestaciones del siglo XXI en donde la fuerza parece vencer. Lo mismo sucede en Venezuela. Es fácil que el ser humano utilice la violencia antes que el diálogo: es muy complicado ponerse de acuerdo.

Sin embargo, todavía existe gente que puede y está dispuesta a ayudar. El lunes 17 de marzo, la delegación de Venezuela que participó en la última edición del Modelo Latinoamericano de Naciones Unidas sufrió un imprevisto. La Comisión de Administración de Divisas, órgano regulador venezolano, les negó dinero y los estudiantes sudamericanos estarán en Puebla más tiempo del anticipado. El hecho interesante: la comunidad estudiantil mexicana estuvo dispuesta a ayudar.

Alumnos de la UDLAP ofrecieron sus departamentos y espacios para dar cabida a los venezolanos. Esto, que podría parecer burdo y simple, es un gesto que demuestra que aún hay personas que aceptan involucrarse con otras.

En este número de La Catarina también colocamos una entrevista a una estudiante que participa como voluntaria en una organización sin fines de lucro. Y ahí reside la otra cara de la moneda. En países como Canadá, el 47 por ciento de la población mayor de 15 años realiza voluntariado; en México la situación es claramente distinta.

Está claro que los estudiantes estamos dispuestos a ayudar en casos de emergencia a un grupo extranjero: eso es excelente. Y los días que restan del año, ¿cuántos alumnos ayudan a personas disciplinadamente? En realidad, no tenemos muchos pretextos cuando en la universidad podemos encontrar asociaciones de todo tipo que necesitan apoyo.

Es común que aceptemos que somos afortunados al estudiar en una institución como la UDLAP, pero no tiene caso aceptarlo si no nos volcamos a dejar algo bueno en otros que lo necesitan. El voluntariado no es perder el tiempo, ni tampoco es disfrazarnos de superhéroes para ayudar a los “pobres” que requieren apoyo; en realidad,  en la mayoría de los casos son los otros quienes enseñan algo al voluntario.

Tenemos el poder para hacerlo. Sólo falta la decisión.

Editorial397

Last modified: 25 marzo, 2014