Juguemos a los policías y ladrones

Written by | Opinión

El agitador

De pequeños jugábamos policías y ladrones, si alguna vez lo jugaste recordarás la dinámica; primero se dividen a las personas en dos bandos, el de los policías que representan a los buenos y el de los ladrones que representan a los malos; personalmente, siempre decidía estar del lado de los buenos porque su función era buscar y perseguir a los ladrones, al atraparlos los llevabas a una base donde su única salida consistía en que otro intrépido ladrón buscara liberarlo sin ser atrapado por algún policía; de esa forma se disfrutaba de las tardes con los amigos y se generaba en nuestro imaginario colectivo una imagen de policías buenos y ladrones malos.

Ese imaginario que se construía con conceptos de bueno y malo se rompe en la sociedad que no entiende quiénes están con ellos y quiénes contra ellos. En México no se distingue entre los que son buenos y los que son malos, tal vez porque esa línea divisoria no existe, solo es necesario acceder a un buscador y escribir “policías vinculados con el narcotráfico” para entender que son las instituciones de autoridad pública las primeras en involucrarse con los criminales, seguido de estos, se encuentran los políticos corruptos; como el señor de la basura, el cual pagaba vía nómina partidista su red de prostitución en el Distrito Federal, sólo por mencionar un caso actual.

Con respecto a los “ladrones” o malos del juego: se escucha en las calles que el Chapo no debería de estar en la cárcel porque daba trabajos que el gobierno no da, es honesto y justo; tener esta imagen de un narcotraficante en la sociedad me indica que el mexicano no sabe discernir entre lo que es bueno y lo que es malo, puede ser porque los malos toman un carácter de caudillos o mártires que los vuelve buenos. A final de cuentas en México no existe línea divisoria entre los que afectan a la sociedad y los que la ayudan.

En la sociedad reina un Maquiavelo, el cual dicta al subconsciente que los fines siempre ganan a los medios. Entonces, cualquier medio sangriento, que destruya lazos sociales, vulnere a la salud, sea corrupto o que impida el ascenso a próximas generaciones es aceptable siempre que el fin lo amerite junto con una falsa creencia de que el poderoso es intocable, hasta que ese poderoso cae.

¿Dónde quedó la ética en la sociedad mexicana? Tal vez se perdió junto con la ética de algunas instituciones políticas, o tal vez fueron los corridos de los grandes capos escuchados por la juventud, puede ser el desempleo, la pobreza o posiblemente la mala educación. El caso es que el juego de policías y ladrones en México es un todos contra todos. ¿Tú qué opinas?



Alan Betancourt Torres

alan.betancourtts@udlap.mx

Last modified: 23 abril, 2014