UTILICE VÍAS ALTERNAS

Written by | Opinión

De por si soy una ávida ciclista, pero con todos los puentes que han decidido agregarle a Puebla es la única manera de moverse sin sufrir horas de tráfico. Es impresionante lo mal planeada que esta nuestra ciudad.

Primero se construye un «monumento» en la rotonda de una calle de alta velocidad para que las familias tengan un domingo al aire libre. Por supuesto, sin una forma segura de llegar a esta nueva construcción. El monumento desaparece porque el gobierno decide hacer un puente para los automovilistas. Hay que cerrar la calle principal: mandar la sobrepoblación de autos a la lateral.

«Utilice vías alternas», se lee por todos lados. Esas vías están en pésimas condiciones o son desconocidas. No hay ningún lugar donde se pueda acceder a la información sobre las modernizaciones, y uno se entera de que debe tomar otro camino hasta que se topa con el letrero. Las calles alternas también se cierran, por lo que se le obliga al usuario a utilizar una única forma de acceso, saturándola.

Vivimos en esta hermosa democracia donde los ciudadanos se resignan a aceptar las decisiones de unos pocos. Se supone que Cholula ya es Pueblo Mágico y su atractivo esta en las pequeñas calles y una cultura a favor del uso de bicicletas. Sin embargo, las obras no son congruentes con el mensaje. Los cambios en el Periférico se están haciendo bajo el lema del progreso cuando realmente es una vialidad que no se construyó de manera óptima. Y los puentes solo se deben a una sobrepoblación de automóviles.

Únicamente se piensa a corto plazo. Sí, tal vez estas modernizaciones ayuden, pero dentro de unos años los automovilistas serán más y estos puentes ya no serán eficaces. ¿Por qué no explotar la cultura ciclista de Cholula? En Francia se decidió que a los empleados que llegaran a sus trabajos en bici se les daría un bono, dependiendo de la distancia que tuvieran que recorrer. Los cambios en Cholula no apuntan en esta dirección.

 

REBECA MORA CELIS

rebeca.moracs@udlap.mx

Last modified: 28 agosto, 2014