DISCRIMINACIÓN SILENCIOSA Y MILITARIZACIÓN POLICIACA

Written by | Amicus Curiae, Opinión

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Un 9 de agosto, a plena luz del día, un joven afroamericano de 18 años es abatido por la policía bajo circunstancias confusas -Michael Brown recibió seis disparos, su cuerpo yace sin vida a una distancia de mas de diez metros de la patrulla desde donde el arma fue disparada. Iba desarmado- y de pronto la gente sale a las calles a protestar y a romper el silencio incómodo.

La muerte de Brown en la tranquila ciudad de Ferguson, condado de St. Louis, Missouri, destapa una vez más la incómoda realidad de un país en donde, según cifras del FBI citadas por USA Today, se estima que al menos dos personas afroamericanas mueren a manos de la policía cada semana: un aproximado de 400 muertes al año. Un país en donde, de acuerdo a la organización New York Civil Liberties Union, en el año 2012, en la ciudad de Nueva York, el 56 por ciento de las personas detenidas por la policía para ser interrogadas y cateadas, por parecer sospechosas, eran afroamericanos. Un país donde el racismo es sutil, silencioso, pero real. Una realidad compartida por nombres como Oscar Grant, Eric Gardner, Jordan Davis, Trayvon Martin, todos ellos jóvenes afroamericanos asesinados estando desarmados.

Más de medio siglo ha pasado desde los desafiantes ‘freedom rides», de los revolucionarios «Nashville sit-ins”, del histórico discurso de Luther King a los pies del monumento a Lincoln. La realidad que se descubre es que esa lucha por la dignidad y la igualdad de todas las personas por encima del color de piel, aún sigue en construcción.

Pero por si no fuera suficiente el asunto de discriminación racial, la muerte de Michael Brown ha encendido también el debate sobre el uso de la fuerza por parte la policía y la creciente militarización de la misma.

Desde entonces, Ferguson ha sido escenario de protestas que piden justicia y el esclarecimiento de la muerte de Brown. Ante esta situación, la ciudad ha sido invadida por elementos de la policía armados a un nivel militar. Vehículos con blindaje antiminas, rifles de alto calibre, atuendos de protección contra motines, con máscara antigas incluida, detenciones arbitrarias, puestos de revisión. A todo esto ha surgido una pregunta clara: ¿no seria más fácil atender las demandas de transparencia y de justicia en vez de agregar armamento militar a la ya de por si complicada situación que se vive en Missouri?

 

RUBÉN ALVAREZ ESCOBAR

ruben.alvarezer®udlap.mx

Last modified: 27 septiembre, 2014