Hacia una nueva democracia en Puebla

Written by | El Agitador

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La democracia tiene diversos componentes que van más allá de ir a votar el día de las elecciones. Para México, la transición a la democracia ha sido un largo proceso y lo que vemos actualmente es el resultado de una lucha social de casi un siglo por lograr la integración de la sociedad civil dentro de las decisiones políticas.

Puebla es un ejemplo sobre los “estira y afloja” de la democracia nacional. Marchas, nuevas organizaciones no gubernamentales, opiniones diversas, consejos ciudadanos, observatorios sociales, nuevos medios de información y alternancia política, entre otro tipo de manifestaciones, componen la nueva corriente democrática que podría chocar con un régimen autoritario insostenible.

Y es que, de acuerdo con O´Donnell, la democracia en México es “delegativa”. Esto quiere decir -según el autor- que la sociedad delega a otros (partidos políticos) la toma de decisiones en su nombre, pero después la gente no tiene la forma de verificar y evaluar la labor de sus gobernantes al ser electos.

Entonces, el problema con los gobernados en las democracias “delegativas” es que no pueden participar en las decisiones del gobierno; esto se resuelve con mecanismos de participación, organismos que procuren la rendición de cuentas como IFAI y comunicación por parte de los gobernantes hacia los gobernados.

En Puebla estos mecanismos, considero, no son efectivos, como ha quedado de manifiesto en el multicitado caso de las expropiaciones en Cholula y recientemente en el Parque Ecológico. En ese contexto, la sociedad civil reclama la efectividad de los espacios de diálogo.

Después de ser electo, Rafael Moreno Valle se ha preocupado más por mostrar estabilidad y grandes obras -ya tenemos una rueda de la fortuna- que por generar mecanismos de participación y soluciones concretas a problemas muy reales ¿Usted no se ha estancado en el tráfico por una obra pública?;  la falta de rendición de cuentas o comunicación con la sociedad civil generará un costo democrático.

Es inevitable, las manifestaciones van a seguir y también las grandes obras en Puebla. El gobierno aún no se preocupa por incluir a sus gobernados en el proyecto de Estado y la gente pide mecanismos democráticos. Ahora la problemática es: ¿Qué tan democrático quiere ser nuestro gobernador?, o prefiere seguir siendo el “gran político” que todo lo puede; de todas formas, la democracia ha permeado en la sociedad poblana y llegó para quedarse.

 

Alan Betancourt T.

alan.betancourtts@udlap.mx

Last modified: 7 noviembre, 2014