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Este año se llevarán a cabo las elecciones de medio término en Estados Unidos, lo que significa que la gente – y posiblemente el partido– que domina la Cámara de Senadores pueda ser otra.
Tan pronto supe, pensé en pancartas, espectaculares, comerciales de televisión, spots de radio, pop-ups en internet y basura electoral por doquier. Cuando encontré los primeros carteles con una fotografía ochentera y un fondo amarillo plano, no pude evitar recordar México. “Así comienza”, asumí que en cuestión de horas las calles estarían tapizadas con objetos similares. Y no.
Trabajar en el canal C-SPAN (equivalente al canal del Congreso) me ha permitido asistir a conferencias, pláticas y congresos donde aparecen republicanos y demócratas por igual. Por ejemplo, cubrí una conferencia del Congressional Hispanic Caucus Institute donde se discutió el tema del desarrollo profesional de la próxima generación de latinos.
Hubo un ganador por apabullante mayoría. Los representantes de cada partido eran latinos, ambos hablaron en español. Apelaron al lado visceral, se valieron de risas y lágrimas, jóvenes bien parecidos. Todo parecía muy similar a lo que pasa en la política mexicana.
¿Qué hizo la diferencia? El contenido del discurso…
Mientras que uno de ellos abordó los temas de: dignificación del trabajo del campo, la regulación de los salarios, seguridad fronteriza, niños migrantes y familias separadas –temas recurrentes para la comunidad latina en Estados Unidos–; el otro reconoció la importancia de estos temas, pero recordó que ser latino no es sinónimo de ilegalidad y habló en cambio de buscar oportunidades iguales para los latinos-americanos que se gradúan como ingenieros, abogados, economistas o administradores.
… y el conocimiento del contexto; la gente a la que se dirige y los objetivos que tienen.
¿Cuándo se verá esto en México?
Miguel Agúndez R.
Last modified: 7 noviembre, 2014
