¿LA CRISIS DE LA DEMOCRACIA MEXICANA PRONOSTICADA 24 AÑOS ANTES?

Written by | El Agitador, Opinión

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Hace 24 años, Huntington un politólogo de la universidad de Harvard publicó su artículo “La tercera ola de la democracia”. En su obra evidenciaba que después de la ola democratizadora en los países de América Latina en los años 60 y 70, una contra ola era eminente. Su artículo parece profecía para América Latina y en este momento resulta profético para México, ya que parece que existen las condiciones propicias para el regreso al autoritarismo.
La situación de violencia, represión, la profunda desigualdad social, pobreza y la inestabilidad económica obligan a la gente a replantear su posición respecto a la democracia, lo que evidencía un retroceso en el proceso democrático que habíamos empezado en las décadas pasadas y nos vuelve propensos a aceptar un gobierno autoritario.
Huntingon pronosticaba hace 24 años que la influencia de acciones autoritarias de otros países influía en las decisiones del gobierno para adoptar formas dictatoriales. Si volteamos a ver a América Latina, podemos ver los retrocesos democráticos en la región, como ejemplo el golpe de Estado en Honduras el 28 de junio de 2009, que casi lleva a las mismas secuelas a Colombia; el caso más concreto de autoritarismo es la dictadura presidencial en Venezuela y por supuesto, el viejo regimen Castrista en Cuba. Estos retrocesos autoritarios influyen en el caso mexicano como una bola de nieve que se hace más grande en la región y amenaza al país.
Otro de los aspectos que menciona Huntington es la pobreza como principal obstáculo para el desarrollo democrático. Si consideramos que la medición multidimensional de la pobreza generada por Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) en 2012 muestra que el 45.5% de los mexicanos vive en condiciones de pobreza, entonces no existe desarrollo democrático en el país. ¿Hacia donde nos dirigimos? Y ¿Por qué no nos dijeron?
Más allá de las ideas de un académico, los mexicanos podemos sentir en la piel la inseguridad y el caos. Marchas, manifestaciones, fosas, paros nacionales, reformas sin resultados, policías criminales, criminales políticos y un país a punto de colapsar, ¿es síntoma de una democracia en crisis? Pero también puede ser síntoma de una democracia que nunca empezó a existir.

ALAN BETANCOURT T.

alan.betancourtts@udlap.mx

Last modified: 7 noviembre, 2014