NO SOY DE AQUÍ, NI SOY DE ALLÁ

Written by | Amicus Curiae

amicus-01Cuando me invitaron a marchar, no fui porque no creo en las marchas. Cuando me invitaron a unirme a las fuerzas juveniles de cierto partido político, no acepté porque no confiaba en los “líderes” de estos grupos y sus intenciones.

Durante un tiempo me sentí en un limbo. Los primeros me llamaban “miedoso”, “conformista”, “ignorante”. Los segundos me tachaban de “revoltoso”, “acarreado”, “pejezombie”. Después me di cuenta que las cosas no tenían por qué limitarse a dos opciones. La realidad de mi país no se acaba en un blanco o negro. Fue entonces cuando me di cuenta que, como la canción, no soy de aquí, ni soy de allá.

Estos dos bandos son muy identificables. Por un lado tenemos a los que, como dice la canción de Molotov, “les gustan las migajas”, los que quieren mantener el status quo. Son los que se aparecen en donde sea que sus líderes les digan. Los chalecos con el logo de su partido se han puesto de moda entre ellos. Son particularmente activos en tiempos de campañas electorales. Ellos, que buscan a como dé lugar la foto con el espécimen mejor posicionado dentro de la estructura de su partido. Son esos que alguna vez llamé “jóvenes que en su corazón ya no son jóvenes”.

Y del otro lado tenemos a los que piensan que este país va a cambiar convocando a marchas cada tercer día. Esos a los que constantemente escucharás diciendo cosas como “pobre país”, o “solo el pueblo puede salvar al pueblo”. Sea una imagen del Che Guevara, una máscara de Guy Fawkes, o una frase de Emiliano Zapata, su simbología es muy repetitiva.

“Fuimos dotados de talentos invaluables como la creatividad y el libre albedrío. Es una pena desperdiciarlos.”

Pero el hecho de que sean dos bandos fácilmente identificables, no significa que sean las únicas dos opciones. Si te gusta andar, pero no seguir el camino, te entiendo perfecto. Fuimos dotados de talentos invaluables como la creatividad y el libre albedrío. Es una pena desperdiciarlos.

Cualquier exceso es malo, en especial cuando involucra limitar el pensamiento. Atrévanse, como el niño del cuento, a dar un paso al frente, alzar la voz y señalar que el emperador está desnudo.

 

 

RUBÉN ALVAREZ E.

ruben.alvarezer@udlap.mx

Last modified: 18 noviembre, 2014