EL HIJO DEL VAMPIRO

Diversas teorías positivistas respaldadas por renombrados alquimistas de la naturaleza, a quienes ahora generosamente denominamos científicos, suponen que la razón desenvuelta en el imaginario humano derrota a la bestialidad del instinto. Acaece, empero que una duda razonable toma lugar. ¿Qué tanto puede contenerse ese ímpetu, esa fuerza que viene de ninguna parte y nos mueve a realizar actos que bien nuestra razón reprobaría? Y más aún, ¿Qué tan subordinado se halla el instinto a esta cualidad del raciocinio?

¿Pudiera ser, más bien, que la razón obedece de una manera inconsciente a este instinto con un fin que aún es invisible e insospechado para nosotros?

Cortázar nuevamente nos adentra en su mundo fantástico, con su estilo que evoca una esteticidad electrizante que juega con las palabras y nos relata la historia de Dugu Vann, un vampiro taciturno, tenebroso, que una noche no logra resistirse al apetito del amor y la sangre de Lady Vanda. Su acción irrefrenable dará pauta a un futuro siniestro, que nadie planeó jamás.