“Un día, Cómelas Callando se empelotó de una señorita bien […] pero no le dijo: esta boquita es mía, porque no se quería meter en honduras”.
Pablo Dolores Ake no escatima en procurar que sus lectores sientan a través de la genialidad de sus letras una fortísima sensación de vivencia respecto a esta simpática historia. De principio a fin, la narrativa se muestra como una trampa lingüística que resulta atractiva, que gusta por la lucidez de su desarrollo fluido, creativo y animoso. De repente, uno se encuentra en medio de algún sitio, quizás más pintoresco pueblo que enorme ciudad, rodeados de Cómelas Callando y Pérez Terrón… personas comunes que ceden a su único principio, que es el amor, de una manera fuera de lo común. Hablamos de lujuria, pasión y engaños que se sirven de mexicanismos tradicionales que sólo los más aventurados en el mundo del juego y de la poesía burlesca pueden comprender y más aún usar con maestría. Así, este cuento llegará a comprobar que hasta las historias de desamores pueden ser las más ocurrentes de nuestras vidas.
Marco Árcega C.
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Last modified: 24 febrero, 2015