Emplazamiento de la mujer en la sociedad actual según Laurence Le Bouhellec

Written by | Campus

Primero somos seres humanos y con base en eso, hay que actuar

Una minoría de mujeres comenzaron una lucha por la igualdad de derechos con el hombre a finales del siglo XIX e inicios del siglo XX; ellas eran obreras exigiendo poder votar, tener mejores condiciones laborales y poder decidir sobre su cuerpo: así nacieron los movimientos feministas. Las condiciones sociales, económicas y culturales de las mujeres dentro de ese contexto histórico detonaban en este tipo de reivindicaciones.

“El discurso en algún momento tuvo sus logros, como el derecho al voto”, afirmó Laurence Le Bouhellec, doctora y maestra en Filosofía por l’Université Paul Valéry – Montpellier III. Sin embargo, un siglo después del surgimiento del movimiento, el tejido social y la conciencia colectiva naturalmente han cambiado, y por lo tanto la pertinencia del uso del término también.

“Coincidí con los movimientos feministas en Francia contemporáneos a la problemática de Vietnam y el surgimiento de los hippies”, compartió Le Bouhellec, también profesora de tiempo completo del departamento de Artes, Humanidades e Historia del Arte de esta Universidad. “Me parece alucinante que después de que las mujeres se liberaran del cuerpo, medio siglo después estemos en implantes mamarios, hipermaquillaje, inyecciones de botox en los talones, etcétera. Estamos exactamente en el polo opuesto de los que se logró hace medio siglo”, manifestó.

Las posibilidades del movimiento parecen haberse agotado desde hace unas décadas, ya que no se están generando cambios drásticos. Sin embargo, el término está resurgiendo, pero sólo como vehículo de una simulación insustancial y superflua de empoderamiento femenino. Este nuevo “feminismo” sólo está interesado por la visibilidad, dejando a un lado los esfuerzos esenciales para lograr un emplazamiento de la mujer como ser humano. El término ya sólo sirve para describir un fenómeno mediático, un nuevo canon para cumplir con los requisitos impuestos por los medios: “uno no necesita una playera para ser lo que es”, puntualizó la académica.

“Las mujeres son sus propias enemigas”, mencionó Le Bouhellec sobre aquellas que se victimizan ante los hombres, y precisó: “todos experimentamos presiones sociales, el problema es no saber decir “no”, el “no” permite deshacer los campos de presión social”. Quien no se revela contra su verdugo, coopera y la mujer que se está dejando llevar por los cánones sociales establecidos por el hombre y los medios lo está haciendo. “La educación debería ser lo que nos permite decidir qué queremos ser, y realizarnos con base en esto, aprendiendo a desactivar lo que la sociedad impone a la mujer”, reiteró la especialista.

La doctora explicó que “aunque la posibilidad está cada vez más presente, las mujeres que buscan independizarse del hombre siguen siendo una minoría; mientras el matrimonio es reducido a una solución a problemas económicos y sociales” hay que saber considerar el abanico de posibilidades con el que contamos las mujeres en la actualidad: “no dependeré de nadie, yo me ganaré la vida, si me caso es otro asunto”, propuso Laurence.

La conversación con la filósofa concluyó con una reflexión muy pertinente en el tema de la equidad de géneros: “hay que sacarse de la cabeza el concepto de mujer y hombre; primero somos seres humanos y con base en eso, hay que actuar”.

Ezell Polanco H. ezell.polancohn@udlap.mx

Last modified: 10 marzo, 2015