La Catarina: De fiesta y de luto

Written by | Lado Alterno

Para presumir de ser un país democrático no partamos de la idea, políticamente correcta, de pensar que votar es el único acto que determina si se ejerce o no esta forma de organización social. De hecho, en México, las últimas elecciones federales sólo volvieron a decepcionar. Un grisáceo 63 por ciento de los inscritos al padrón llegaron a las urnas. Australia, Austria, Bélgica, Italia, Alemania, Suecia, Venezuela y Brasil son algunos de los muchos países que tienen una participación electoral por encima de 80 por ciento. México, en cambio, no figura dentro de los primeros treinta lugares.

 Más allá de ser un estado faltante de actividad social y política, el despido de Carmen Aristegui, junto con dos de los periodistas que hicieron posible el reportaje, de emblemático periodismo de investigación, de la Casa Blanca de Enrique Peña Nieto, muestra una crisis sustancial en temas de democracia. No es posible vivir en tal sistema si el valor que se le da a la libertad de expresión es invisible. Los gobiernos y las redes empresariales mexicanas no están educados para escuchar y aceptar críticas sustentadas en realidades que, de prestarles atención, contribuirían a la maximización de canales y discursos que forjan un verdadero progreso nacional. Se tendría que oír de todo para crear una conciencia común que nos fortalezca como ciudadanía, pero no hay bocas suficientes que se comprometan con la expresión de hechos y de ideas sustanciales. Hoy, sin el programa de Aristegui, perdemos sin excepción.

 A quince años de haberse fundado La Catarina, el periódico estudiantil de la UDLAP, con altibajos, pero siempre capaz de llevar a la práctica el ejercicio periodístico de rigor, no festeja una época en la que se ha deteriorado, en lugar de reforzar, las formas de comunicar con respeto y profesionalidad. El derecho a la información parece perderse en un pozo que apesta a imposición y que viene desde lugares altísimos, La capacidad de informar, verazmente, es lo que lograba, de forma nítida, la periodista líder en el país. A lo que Aristegui hacía, George Orwell lo resumió en una frase: «Decirle a los demás lo que preferirían no oír». Por eso la incomodidad de sus publicados. De ahí la guerra sucia ante las amenazas de una comunicadora capaza de revelar, posterior a un minucioso trabajo de investigación, prácticas corruptas de aquellos que no valoran las voces de la auténtica democracia.

 En la ceremonia que se realizó por el cumpleaños del diario universitario, la invitada de honor, Josefina Buxadé Castelán, propulsora del proyecto en sus inicios y que surgió luego de una iniciativa en clase, defendió la apertura decir y opinar con sustento. Presumió de talentos excatarinos que han triunfado en el periodismo nacional e internacional, como reporteros, colaboradores, corresponsales y externó la preocupación que se asoma con el cese de la periodista que trabajaba en la MVS, situación en la que la censura, para ella, tiene cabida. La Catarina ha sido, en la palabras de la también profesora de tiempo parcial en el Departamento de Comunicación, la mejor escuela para muchos que dedicaron, finalizada la licenciatura, desempeñar la profesión más peligrosa de México. La Catarina es formadora y formal, no es un juego.

 En un evento con importantes asistencias, entre ellas la de Cecilia Anaya Berrios, Vicerrectora Académica, María del Carmen Palafox Ramos, Vicerrectora de Asuntos Estudiantiles y Raphael Steger Cataño, Decano de la Escuela de Ciencias Sociales, el Rector, Luis Ernesto Derbez Bautista, se ausentó. Había confirmado que iría pero minutos antes se recibió la noticia de que no podría presenciar la celebración. Incluso, para contar con su presencia, la fecha de la ceremonia se modificó con tiempo suficiente: pasó de ser el jueves 19 de Marzo al 18 de Marzo, miércoles, día en que se realizó. El doctor Derbez falla a la cita por segunda ocasión consecutiva y deja en entredicho la importancia que se le da, institucionalmente, a una organización que defiende los espacios de debate y la necesidad de informarnos.

 Tan importante como la libre expresión que perseguimos los que en el periódico practicamos. Una libertad, entendida como oportunidad, que sí nos interesa. Las autoridades del país no entienden  que, Carmen Aristegui, guste o no su tono y estilo, es beneficiosa para escapar del tercer mundo al que parecemos encadenados, tan monofónico y estandarizado. A la par, el jefe máximo de la UDLAP debería, como quienes nos gobiernan, entender que la existencia del buen periodismo, encamina una buena administración y hace bien en una universidad de que se apunta como prominente.

 Es necesario, para encausar una conversación entre autoridades académicas y miembros de la Catarina, que la lectura del diario sea constante por todos los altos mandos y que se apoye, presencialmente, en este tipo de eventos, el trabajo semanal que se refleja en los materiales impresos que se reparten, sin falta, todos los martes. Que se valore a la par del deporte Azteca, no sólo como un proyecto del alumnado, sino como una labor profesional de grandes posibilidades y cauces. Que la comunicación sea de diálogo, no de monólogo.

 Así, el evento concluye con la entrega de reconocimientos a los jefes editores y con las palabras de Palafox Ramos, quien aplaude la organización y reconoce sus funciones. Luego, un brindis por lo que se ha hecho. Después, un recorrido por los gráficos en tamaño cartulina que exhiben las portadas más emblemáticas en la historia de la Catarina. En primera plana, Elena Poniatoswka y su visita a la Universidad, candidatos a la gubernatura de Puebla que asistieron en campaña, notas que denuncian, como el inicio del cobro del estacionamiento en 2007, el informe de algún Rector y más hechos que enorgullecen.

 La política mexicana, carente de empatía y acostumbrada a barrer lo que no quiere escuchar, demuestra, con lo acontecido entre Noticias MVS y el grupo de periodistas al que Carmen Aristegui comanda, que no respeta el derecho editorial y no muestra atención a lo que con razón, se dice en espacios como el que ahora, acaba de desaparecer. Y como no atienden, la brecha es insensible y se muestra grosera: de ahí las candidaturas a familiares de Cuauhtémoc Gutiérrez, exdirigente del PRI en el DF, y presunto operador de una red de prostitución denunciado por el equipo de Aristegui en un trabajo bien hecho; de ahí que el reportaje de la Casa Blanca de Enrique Peña Nieto no haya incidido en las conductas de la Gaviota y de su hija mayor Sofía Castro, quienes lucen vestidos carísimos en los eventos y viajes de gobierno, sin excepción alguna, mostrando su inconsciencia.

 Porque falta culminar en el periodismo, por parte de las autoridades, lo que anunció Carmen Aristegui en la conferencia de prensa que dio por internet: «esta batalla que es por el derecho a decir y por el derecho a escuchar». La Catarina no tiene pugnas ni riñas. Por ello, la intención de promover la libertad de expresión, de protegerla y sujetarla, en épocas de cuarteadura democráticas, la ceremonia de nuestro diario estudiantil, el miércoles de la semana pasada, debió haber tenido un invitado más.

 

Willy Budib

guillermo.budibhe@udlap.mx

 

Last modified: 25 marzo, 2015