TEMPORADA DE PATOS

patibulo-01

aquí las cosas cambian y se deterioran, pero existe un motor
de innovación y renovación”.

En mi tiempo en la Universidad he visto un cambio significativo en las diferentes ediciones de la Expo UDLAP. Siempre como partícipe de alguna de las Organizaciones Estudiantiles; ya sea en Elocuencia, el taller de Salsa, TVUDLAP o con el grupo de Guías, he visto que el número de participantes ha ido disminuyendo gradualmente.

Admito que mi percepción no es la realidad absoluta, pero creo que algunas personas estarán de acuerdo conmigo: la capacidad de retención de las Expos se ha debilitado. Recuerdo con particular cariño una edición en la que el escenario fue dispuesto en el jardín entre la biblioteca y el edificio de ingenierías y ciencias. En esa ocasión la gente se quedó, por un buen rato, a escuchar al par más gracioso que la Universidad ha tenido en un buen rato: Gonzalo Jiménez y Alberto López. Desde entonces no he vuelto a ver a las familias y futuros estudiantes tan cómodos en el campus. Ese es el punto de estos eventos, ¿no? Despertar en el indeciso una sensación de pertenencia, ofrecer una pizca de ilusión por quedarse aquí. Me parece que ahora, como alguna vez expresó el ex presidente Vicente Fox, “la gente come y se va”.

Esta Expo será particular en la percepción de los candidatos. La UDLAP mostrará parte de sus entrañas. Estando el auditorio y parte del circuito en reparación, no podrá ofrecer, como regularmente lo hace, la fantástica perfección de un campus eternamente verde. Tal vez esa sea la oportunidad que necesitaba la institución para dejar de vender espejos y mostrar que aquí las cosas cambian y se deterioran, pero que existe un motor de innovación y renovación.

Acaso lo más atractivo que puede ofrecer la universidad son sus estudiantes. Basta de certificaciones que limitan a los profesores para enseñarnos; que alguien sea un doctor en equis, no quiere decir que sea bueno compartiendo su conocimiento. Dirían por ahí: “lo Doctor no quita lo ingenuo”. Tal vez eso sea más atractivo que la cacería de patos, donde los escopetazos vienen en forma de nuevas computadoras, más certificaciones y más folletería.

Y si no funciona, pues querrá decir que algo más anda mal.

MIGUEL ÁNGEL AGÚNDEZ R.

miguel.agundezro@udlap.mx

Last modified: 9 marzo, 2015