¡A POR ELLOS!

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Esta será la última columna de El Patíbulo. Llegó el momento para que el verdugo cometa suicidio.

Por esta columna ha desfilado la sátira y la crítica a la Universidad y sus habitantes. Algunos pensarán que el único propósito de su existencia es desquiciar y fregar a todo el que se ponga delante; no por nada es una columna que incomodaba a propios y extraños. Algunas veces fui cuestionado por qué elegí ese nombre –el lugar donde se ejecuta la pena de muerte– cuando el propósito de la columna era abordar con humor los problemas.

Tampoco es que yo esté exento de culpa y que crea, como hay quienes sugieren, que tengo las respuestas a todas las preguntas y sepa la manera para llegar a la perfección. Lo que sí creo que es que se deben tener espacios donde se emita una queja o crítica, más allá de los oficiales, para propiciar el debate y el intercambio de ideas; cuando menos para que los que componen las instituciones sepan que hay seres que prestan atención a lo que se hace. Me sentí orgulloso de que este espacio propiciara algunos cambios en la Universidad que, aunque minúsculos, hicieron un mejoría.

A los que sobrevivan a esta columna, cuestionen; siempre hay lugar para las dudas, más en una Universidad. Tienen derecho a saber y esclarecer aquello que, a su juicio, no quede perfectamente claro. Aboguen por la verdad y si encuentran a los que difieren con ustedes, confróntelos, no con violencia, pero con razón. Porque la razón no se gana, se tiene y cuando no la tengan reconozcan su falla; atrévanse a estar equivocados. Aprendan de los expertos y ábranse a las posibilidades; siempre tengan posibilidades…

MIGUEL ÁNGEL AGÚNDEZ R.
miguel.agundezro@udlap.mx

Last modified: 6 mayo, 2015