Inmóvil

Written by | Lectores Pasivos

Captura de pantalla 2015-09-20 a las 13.02.20Estaba viendo Hannibal, serie de la NBC sobre el famoso asesino antropófago Hannibal Lecter, mientras cenaba una rica ensalada. Y aunque tengo un alto aprecio por ese tipo de personajes, me sentí un poco asqueada al notar la cantidad de imágenes explícitas sobre los asesinatos que vi durante la cena. Fue un sentimiento más bien automático, irracional, por lo que después de sentirlo me tranquilicé pensando que todo era una actuación, pero entonces ¿es suficiente justificación?

La muerte de un estudiante o de un periodista es, en las noticias, de las más sonadas del país. Si este tipo de situaciones son tan comunes en nuestro entorno, que parecen entrar en una situación normal, ¿qué tanto esos programas también nos desensibilizan ante la violencia? Cada día parece que hay más universidades que ofrecen la carrera de médico forense, como si la vida fuera CSI o como un claro ejemplo del aumento de violencia. Pero de la misma manera que yo me tranquilizaba pensando que tan sólo era un programa ficcional, estos comerciales parecen hablar de finales felices y capítulos que terminan siempre con el encarcelamiento del criminal. No importa qué tan sofisticado, inteligente y calculador sea el “malo”, los “buenos” siempre están ahí para lograr justicia.

Aparentemente estos dos fenómenos, aislados, y a la vez tan relacionados, presentan una imagen de la sociedad joven mexicana bastante alarmante. Las series, sobre todo las de Netflix, cada día presentan imágenes más directas: tanto en violencia como en sexualidad. Parece que cada día aceptamos más que estos programas contengan imágenes amarillistas, en la serie Criminal Minds las primeras temporadas son prácticamente lo mismo. pero son mucho menos sangrientas y viscerales que las de las últimas dos temporadas; hay un capítulo sobre un hombre que infectaba a sus víctimas de rabia, misma que es realmente desagradable. Sin embargo, la demanda sigue y los nuevos capítulos se estrenan cada semana.

No puedo evitar afirmar que disfruto de esos programas, que cada vez que escucho de otro asesinato o lo veo en la pantalla creo una cortina que me recuerde que estoy a salvo. No me desensibilizo, pero me dan ganas de creer que es otro programa más y, lamentablemente,eso genera inmovilidad.

Rebeca Mora Celis

rebeca.moracs@udlap.mx

Last modified: 20 septiembre, 2015