¡TODOS SOMOS ILEGALES!

Written by | Flechas Rayadas

flechas rayadas

 

“No necesito documentos, mírame a los ojos para que leas mi acento.

Prohibido como la droga, ilegal como un nazi en una sinagoga…”- Outernational (Todos somos ilegales)

Nacer en el dichoso “tercer mundo”, tener un tono de piel en específico, tener un idioma con su respectivo acento, cultura arraigada hasta el último de tus mililitros de sangre, perforaste la frontera como pudiste, tu gobierno te falló, ganas de trabajar estando en un lugar muy diferente, sin documentos, prohibido, contraindicado, ilegal, clandestino, “mojado”, “violador”, “asesino”, etcétera. Extrañas a tu familia que dejaste en el pasado, que dejaste en ese “tercer mundo” del que mucho se habla pero que poco se sabe. Todo por perseguir un sueño al norte, un “sueño americano” que se vuelve una pesadilla…

Todo lo anterior provoca una reacción automática de dejar todos los demás sueños de tu vida atrás para enfocarte en uno solo. Nadie está bien, nadie está de acuerdo. Solamente tienes la luna como guía, a ti y tu instinto de supervivencia.

Empiezas a sentir la presión, la discriminación. Trabajas, pero no eres un “ciudadano”. Ves a un policía y da miedo, no seguridad. En fin, te das cuenta que esta nueva sociedad no es tan diferente de la que venías huyendo.

Algunos son amables, a unos les eres indiferente, pero a otros… A esos otros les pesa tu presencia, les purga, les quema por dentro, les duele ver a un latino cerca de ellos. Sí, a pesar de que su existencia se remonta a la creación de un país fundado y forjado por migrantes. Tu cultura no es permitida para ellos, tu forma de vida y costumbre, hasta tu trabajo es repugnante porque se sienten “desplazados”. Uno andaba por Arizona, otro hasta quiere ser presidente. Ellos quieren inventarse una guerra, guerra que ya “los ilegales” están peleando.

La guerra del latino (legal o ilegal) se pelea sin armas, se pelea debajo de la tierra, se pelea con trabajo y más trabajo, compartiendo “los dulces de la piñata”, aguantando cualquier clima, con un mezcal en la bolsa, con la moral en la mano y el orgullo en la otra, el rosario colgando en el cuello, sin pasado porque lo dejó “allá”, sin presente porque no lo aceptan ahí y sin futuro porque no sabe a donde va.

RAYMUNDO RICÁRDEZ G.

raymundo.ricardezga@udlap.mx

Last modified: 20 octubre, 2015