El Whisky de Dios

Written by | Flechas Rayadas

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¿Será que el destino ya está escrito?, ¿que los dados ya se lanzaron? El futuro es impredecible, lo sabemos, pero la mortal y autodestructiva humanidad al parecer no. Entonces… ¿en verdad lo sabemos?

Nadie nos preparó para un tsunami en 2004, un 9/11 en Estados Unidos, un terremoto en el 85 en México, para la cantidad de huracanes que nos azotaron, soportar la amenaza que supone tener armas de destrucción masivas, para Pompeya, ni para las enfermedades y epidemias inesperadas. Nadie nos advirtió y el precio que pagamos fue alto. De la mano humana o de la de Dios, no importa.

Al final, no se pudo anticipar diversos desastres a lo largo de nuestra compleja pero limitada historia. La experiencia nos ha servido, pero lo intangible, lo del terreno de la incertidumbre, lo banal y relativo del futuro que se esconde en la duda humana persiste, o peor aún, llega de repente, sin preámbulo y puede destruir tanto como el ser humano construyó (y no, no hablo únicamente de infraestructura).

Queremos tener todo controlado, pensar que el final no llegará, que somos eternos en este universo, que nuestros latidos no se van a detener con nada, que con la experiencia basta. Déjenme decirles que ni siquiera hemos lanzado los dados para mañana y Dios (o el destino o como le quieran llamar) probablemente, ya los lanzó, tanto de forma individual (para ti lector) como de manera colectiva (para todos como sociedad).

Les puedo definir los 3 vértices que tiene nuestro “triángulo del destino” de la siguiente manera: el pasado, la página del libro que ya leímos y no regresará, el presente, todo lo que tenemos en las manos, y el futuro, la gran duda en el mar de lo inesperado donde se sabe que está el final, final que no conocemos hasta que cerremos por última vez nuestros ojos. Aun así, somos capaces de soportar, aprender y evolucionar pero hay que recordar que, las reglas del juego y juego en sí mismo también se transforman.

Si el futuro nos alcanza, esperemos que existan testigos para que cuenten nuestra historia y nos vuelvan eternos, «eternos en el pasado».

Raymundo Ricárdez G.

raymundo.ricardeza@udlap.mx

Last modified: 17 noviembre, 2015