#FreeKesha o cuando la mujer se vuelve propiedad

Written by | Oídos Sordos, Opinión

 

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En ocasiones es difícil expresarse contra la desigualdad de género, especialmente cuando la gente a tu alrededor reacciona como si fuese un tema ofensivo, o peor aún, como si fuese un tema del pasado. A veces, casi me creo que la lucha existe sólo en mi imaginación, que no queda nada por lo qué pelear.

Después, suceden cosas como el caso de Kesha, que me recuerdan lo mal que está el mundo. ¿Cómo pueden las mujeres decir que “no necesitan el feminismo” cuando una de las jóvenes más influyentes de la industria musical no puede defenderse contra el sexismo institucionalizado de una de las naciones más avanzadas del planeta?

Cuando alguien se queja de que le robaron la cartera, nadie le pregunta si fue su culpa, o si lo está haciendo sólo para conseguir algo mejor. Es un delito y punto. Sin embargo, cuando una chica de 28 años demanda a su productor musical por violarla y abusar de ella física, mental y emocionalmente durante una década, se crea un circo legal que se dedica a apuntar dedos y a echar culpas a todos menos al responsable.

Así es, la razón por la que no hemos escuchado nada nuevo de Ke$ha desde 2013 es debido a una larga batalla legal contra su productor, Dr. Luke y Sony. Esta semana, sin embargo, se llevaba a cabo un proceso preliminar, en el cual la corte decidiría si las acusaciones de Kesha podían sacarla de su contrato con Dr. Luke, permitiéndole grabar su propia música mientras la corte decidía el veredicto. La respuesta de la corte: no, porque al parecer es mayor la importancia del valor comercial de Ke$ha —Sony perdería al eliminar el contrato— que la seguridad de una mujer que se vería obligada a grabar seis álbumes más con su supuesto abusador.

Kesha ha recibido apoyo en redes sociales, tanto por parte de sus fans como de otras celebridades con en hashtag #FreeKesha, pero no debemos olvidar que la suya es solo una de las miles de batallas que pasan alrededor del mundo. Esto, debemos recordarlo la próxima vez que escuchemos cosas como “ella se lo buscó” o “eso le pasa por vestirse así”. En nuestro propio contexto, no han faltado ocasiones en las que los dedos se apuntaban a las víctimas, acusándolas de mentirosas o exageradas.

Lo bueno es que existen casos como el de Kesha para recordarnos lo que sucede a nuestro alrededor. Lo malo es que estos casos aún existen.

Por: Sofía Marlasca Couoh
sofia.marlascach@udlap.mx

Last modified: 28 septiembre, 2016