Editorial: Ni una más

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Hace 100 años haber nacido mujer era considerado una desgracia. Es más, en algunos lugares de Medio Oriente o África, aún es así. En México, hace 10 años los feminicidios en Ciudad Juárez, Chihuahua, eran la nota principal; día a día se encontraban cuerpos enterrados en el desierto.

En lo que va del año, en el estado de Puebla ha habido 19 feminicidios; y si tomamos en cuenta los últimos 10 meses, el dato sube a 50. De los últimos ocurridos, todos los asesinos eran las parejas de las víctimas y ellas estaban embarazadas. Ninguna superaba los 25 años de edad.

Pareciera que, en estos días, ser mujer supone para algunas una sentencia de muerte; para otras, un estigma con el que hay que cargar. La violencia y discriminación hacia nuestro género no es algo nuevo –nunca lo ha sido– y aunque nuestra situación no es la misma que hace 50 años, la sociedad aún conserva esos atisbos de machismo y desigualdad.

¿Qué significa ser mujer? ¿Es siempre estar a merced de un hombre? ¿No “hacerlo enojar” por qué no sabes en qué momento puede hacerte daño”. En el caso de las víctimas en Puebla, ¿decidir tener a tu hijo es motivo para ser asesinada? La violencia contra las mujeres es un cáncer que la sociedad no ha podido detener, sin importar cuantas medicinas tome. Desde niñas nos hacen comentarios como “no te vistas así si vas a estar caminando por la calle”, “no puedes salir sola”, “andabas en un barrio feo, ¿pues qué esperabas?”, “es tu culpa por vestirte así”, “tú lo provocaste”.

Todas las expresiones anteriores solo sirven para hacernos creer que somos nosotras las culpables, que la que está mal por ponerse un short o un vestido estando a 40 grados somos nosotras, no el hombre que chifla o grita cuando pasamos junto a él. Que la culpa es nuestra por querer vestirnos de acuerdo con el clima, por salir solas o solo con mujeres. Que tenemos que aceptar que la “realidad es esta” y no podemos hacer nada para cambiarla. Nos enseñan a vivir con miedo.

La realidad es que esto sí puede cambiar. La violencia hacia las mujeres es algo que viene desde casa, desde el entorno en el que las personas crecen. La educación (no solo para nosotras sino para todos) es el punto clave para lograr que esta situación disminuya. No enseñemos a las niñas a vivir atemorizadas, a que se limiten porque “son mujeres y eso no se puede». Mejor enseñemos a que sean valientes, a luchar por sus derechos y exigir respeto e igualdad.

La violencia de género puede presentarse de muchísimas maneras, no solo con golpes e insultos. Preguntas como «¿por qué ibas sola?», «¿por qué ibas vestida así?», tratando de echar culpas, es violencia también – aunque sea indirectamente. Este 8 de marzo es el Día Internacional de la Mujer, una fecha para recordar la situación actual que viven millones de mujeres día con día, por el miedo y la violencia. Todo, por la mala suerte de no haber nacido hombre.

Ni una más.

Foto: Cruces Lomas del Poleo – Iose / Wikimedia Commons

Last modified: 8 marzo, 2016