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El 19 de abril se celebra el Día Mundial de la Bicicleta. Un día que nos permite recordar lo importante que ha sido este invento para la humanidad y lo mucho que se le apuesta a diario para solucionar algunos problemas que se viven en actualidad en muchas ciudades en el mundo; pero, también nos recuerda que en plena era de desarrollo y tecnología, aún seguimos con actitudes retrógradas en algunos aspectos.
Creo que hay muchas cosas buenas que podemos sacar de este día tan importante y que es festejado alrededor del mundo (lo crean o no). Por ejemplo, las rodadas que se organizan en la ciudad para conmemorar el transporte que le ha dado tanto a muchas personas, incluyéndome. La bicicleta, me dio la oportunidad de viajar a Medellín, Colombia, al Foro Mundial de la Bicicleta y dar una pequeña charla en un panel. Así, también me ha llevado a conocer personas increíbles que han viajado alrededor del mundo en dos ruedas y con muchos sueños. Lo más importante, que le debo a la bici, es que me permitió abrir los ojos ante un problema social y que pasa desapercibido por la mayoría: la necesidad y la importancia de una ciudad humana y democrática, que esté al alcance de todos. Como mi historia, hay cientos más, cada una especial a su manera.
Sin embargo, este día también se ha comenzado a utilizar a través de los años, como herramienta del discurso político. Días como hoy, servidores públicos se dan a la tarea de subirse a la bicicleta, rodar unos cuantos kilómetros, claro siempre acompañado y protegidos, e incluso, no dudaría que cerraran las calles para que pase el presidente municipal rodando y «festejando» el Día Mundial de la Bicicleta. Todo para que al final, se utilice el discurso sobre el uso de la bicicleta, se tomen la foto para las redes sociales, porque claro, ésta no puede faltar y que cierren con un: nos vemos hasta el próximo 19 de abril. Seamos realistas, no vuelven a tocar la bicicleta, ni el tema, hasta el próximo año o en el mejor de los casos, en el momento en que más les convenga. Mientras tanto, seguimos teniendo poca o casi nula infraestructura ciclista, porque cabe recalcar que pintar una línea y pintarle una bicicleta encima, no cambia las cosas (haciendo referencia al municipio de San Pedro, Cholula).
Es una tristeza, como un movimiento como éste (porque la defensa de la bicicleta y el uso de ella como transporte y todo lo que esto conlleva, es un movimiento) se preste a este tipo de circos y que lo pasamos por alto. Es tonto creer que porque el servidor público aparezca en la rodada, las cosas van a cambiar, diría mi abuela: nos están dando atole con el dedo. Está en todos, exigir mejores condiciones de vida y está en los servidores públicos el dárnoslas.
Al final, vale la pena celebrar el Día Mundial de la Bicicleta, porque es una lucha constante que no debe de parar hasta que se obtengan los resultados esperados, como en el caso de Copenhague. Para los que ruedan, feliz día de la bici y para los que no, los invito a usarla de vez en cuando y les prometo que su perspectiva cambiará.
Daniela Robledo Romero
Last modified: 21 abril, 2016