El bolso marrón

Written by | Oídos Sordos, Opinión

 

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Este verano, visité a mi abuela que sufre de Alzheimer. Su vida entera consiste de pequeños y grandes olvidos. Perdí la cuenta de la cantidad de veces que tuvimos que recordarle que sus llaves de casa estaban en su bolso marrón o a dónde íbamos a ir a comer. Lo peor, sin embargo, es el estado de constante angustia en el que vive. Los olvidos no significan simplemente la ausencia de una respuesta, sino un problema que necesita resolver una y otra vez, al que nunca encontrará una solución definitiva. No importa cuántas veces “encuentre” sus llaves en su bolso marrón, siempre sale de casa preocupada por no tenerlas.

Mi abuela no sabe que tiene Alzheimer. No entiende por qué le sigue pasando esto, lo ha aceptado como su manera de vida. Un frustrante olvido tras otro. Lo único que nos queda hacer a nosotros es ayudarla e intentar que en uno de sus olvidos no termine por hacerse daño a sí misma.

Últimamente, siento que nuestro mundo sufre de la misma enfermedad que aqueja a mi abuela. Constantemente olvidamos las enseñanzas del pasado. Repetimos nuestros errores una y otra vez, y después nos preguntamos cómo volvimos a acabar el mismo lugar.

Hace menos de 100 años, un hombre subió al poder utilizando discursos lleno de odio, racismo y resentimiento. Para muchos comenzó como un mal chiste, no le dieron importancia, para otros era el salvador que tanto tiempo llevaban esperando. En realidad, fue el tirano responsable del Holocausto y la Segunda Guerra Mundial. En aquel entonces, el mundo esperó demasiado, prefirió no ver lo que este hombre significaba hasta que fue demasiado tarde. Ahora, los descendientes de la misma nación que se jacta de haber derrocado a Hitler enaltecen a quien amenaza con repetir uno de los capítulos más oscuros de nuestra historia.

En México, no nos quedamos atrás. Durante 71 años vivimos dominados por un único grupo político, nos quejamos de la pobreza, el hambre y la corrupción que trajeron a nuestra tierra. Tardamos más de medio siglo en liberarnos de su yugo, y doce años después los habíamos vuelto a poner en el poder. Nos tardamos sólo dos sexenios en olvidar más de siete décadas de miseria y corrupción.

Alrededor del mundo, podemos ver los mismos patrones. Círculos viciosos. Tal vez, somos una especie condenada a no aprender de nuestros errores, a olvidarlos demasiado pronto. Vemos alrededor el caos, el dolor, la guerra, la muerte, y nos preguntamos cómo llegamos aquí. No importa cuántas veces encontremos la solución, siempre volvemos a olvidar que las llaves están en el bolso marrón.

Sofía Marlasca Couoh

sofia.marlascach@udlap.mx

@sofmarla

Last modified: 28 septiembre, 2016