El hondureño

Written by | Ceguera, Opinión

ceguera

Eres parte de las 123 mil 445* personas que atraviesan México cada tres meses, con el fin de llegar a Estados Unidos a mejorar su vida. No sé si eres del 20 por ciento* que llegó o del 80* que no logró su objetivo. Y si lo lograste, no sé si eres de las 9 mil personas* que son deportadas y en el proceso sufren violaciones a sus derechos humanos. En esta ocasión hablaré de ti, con el fin de sensibilizar a quienes no te comprenden, a aquellos que te consideran un delincuente, una amenaza.

*****

Un día, llegarás a casa siendo diferente. Ese día, habrás vencido todos los obstáculos que tuviste que enfrentar en el camino. Ese camino lleno de esperanza, pero también de miedo.

Salir de Honduras no fue nada fácil. Creciste rodeado de gente que se fue y nunca volvió, quizás porque lo lograron o porque se quedaron en el camino.

Conforme fuiste creciendo, ser valiente dejó de ser una opción para convertirse en tu destino: o te convertías en valiente por quedarte y sobrevivir, o en valiente por irte a buscar un mejor futuro.

Me atrevo a contar de ti porque lo creo necesario. Me aferro a la idea de mantenerte, así como en tu retrato. Lleno de vida, lleno de sueños. Antes de que la realidad traicionera, mitad sueño mitad nada, te arrebate fríamente todo lo que esperabas. Antes de que vuelvas a los cruceros del norte de México a ser juzgado. Juzgado por no haberte ido, por no haberlo logrado.

Antes de que vuelvas a recurrir a pedir ayuda, huyendo de la justicia que te cobra cuotas, que te golpea. Esa justicia que te amenaza con la migra, con deportarte. Esa justicia tan justa, que te trata como delincuente, sabiendo de lo que huyes, y lo que has vivido.

Me aferro a creer que lo logras, que vuelves a casa distinto. Distinto porque hablas inglés y superaste los días sin dormir en el tren, el hambre y el miedo. No distinto por haber perdido tus sueños en el camino y mucho menos por convertirte en todo eso que la gente dijo que te convertirías. Esa gente que no entiende lo importante que es mantener esos sueños vivos, para ayudarte a escapar a ti, y a muchos otros de la violencia que los viene siguiendo, abriéndoles la puerta que en otros lados les cerraron. Todas esas personas que no entienden algo tan simple, que soñar evita que la violencia te consuma y te determine.

Un día llegarás a casa siendo diferente, aunque no vuelvas, aunque no llegues, me aferro a mantenerte como en tu retrato.

* Cifras según la Encuesta sobre Migración en las Fronteras Norte y Sur.

Sara Achik López

sara.achiklz@udlap.mx
@SaraAchik

Last modified: 28 octubre, 2016