El día del juicio

Written by | Flechas Rayadas, Opinión

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Haciendo cálculos, esta columna se estará subiendo aproximadamente a las 18:00 horas. del martes 8 de noviembre del 2016; lo que provocaría que yo la esté compartiendo en mis redes sociales a las 19:30 horas, aproximadamente; por ende, tú, el uno por ciento aproximado de mis contactos que se dio un espacio para darle click y leerla, estará justamente leyendo este mensaje alrededor de las 20:00 horas de este importante día para Estados Unidos y el mundo. Muy buena hora para ya empezar a determinar y hablar sobre el posible ganador de la elección.

La democracia nos ha sorprendido este año; tenemos un BREXIT y un rotundo “no” a la paz en Colombia. Ahora, el sistema gestado en tierras norteamericanas tiene una cita con sus creadores, una velada preciosa, una última oportunidad para reivindicarse o comprobarnos tajantemente que somos unos irresponsables inconscientes del uso que le damos a nuestro sufragio.

Esta tarde-noche se está moviendo la democracia más poderosa del mundo, ¿para bien? ¡JA! Lo dudo. Probablemente ya cerraron Florida y Hillary está saliendo adelante de la contienda, o posiblemente, el tipo que no sabe cómo es que llegó hasta ese punto, esté dando una sorpresa. Sea cual sea el resultado, tenemos que tener en cuenta algo: desgraciadamente, ningún resultado le conviene a casi nadie.

Hillary Clinton es una mujer de convicciones fuertes e intereses difusos para los electores. Casi podemos ver en ella a un halcón disfrazado de demócrata. Así, cual bala disparada al aire sin rumbo claro, los demócratas no han podido consolidar una política doméstica y exterior que necesariamente defina un camino para los Estados Unidos (probablemente por el contrapeso que han tenido en el congreso o las condiciones del mundo actual). Pero claro, al menos ella sabe lo que hace…

Donald Trump es la estrella del juego, la “estrella de la muerte”. Personaje de ideales oscuros, mediático por declaraciones negativas y el protagonista principal de revivir los sentimientos y formas de pensar más destructivas del pueblo americano en pleno siglo XXI: segregación, aislacionismo, racismo, la fuerza antes de la razón, etcétera. Trump nos ha recordado lo dañino que puede llegar a ser este tipo de “excepcionalísimo americano”. Su juego verdaderamente llegó lejos; pero este juego puede tener un dramático desenlace que le ponga fin, o abrirle paso a uno de dimensiones incalculables.

¿Para México? Lo único que podemos esperar es que el ganador entienda y asimile; ya con calma, sentado en la oficina oval, la importancia de la relación México-Estados Unidos en términos políticos, sociales y, por supuesto, económicos.

Siempre he dicho que la democracia es un tesoro, es un arma de doble filo y un derecho utilizado muchas veces de manera irresponsable. Ni modo, hoy le toca a los Estados Unidos demostrarnos qué tanta solvencia tiene el modelo que ellos mismos construyeron. Lo malo del asunto, es que ninguno de los dos juega como “el mejor candidato”, más bien juegan a ser “el menos peor”. Algo que de por sí, en México conocemos muy bien. Sabemos que es una decisión que le compete a un solo pueblo, pero lamentablemente es una decisión que prácticamente afecta a todos los pueblos del mundo.

Ray Ricárdez
raymundo.ricardezga@udlap.mx
@RayRicardez

Last modified: 8 noviembre, 2016