Error de fábrica

Written by | Fuera de foco, Opinión

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El tiempo no me permitió hablar de esto en un medio que se viera un poco mejor que mi biografía de Facebook. A estas instancias, no es noticia que Mr. Trump (porque no se ha ganado el título de “Don”) ganó las elecciones. Vi todo el decadente suceso desde que la aguja estadística apuntaba un 95 por ciento de un lado, hasta que apuntó al 95 del otro. De no ser porque alterné el espectáculo con jugar Mario Kart con mis amigos y por el grandísimo diletante que es internet, para hoy yo ya no tendría pelo ni barba que poder presumir.

Sin embargo (y aunque no lo crean) la victoria del Umpa Lumpa ese no fue lo que más me molestó. Encontrarme con comentarios como “y ahora todos son analistas políticos, ¿no? No mamen”, entre otros más soeces en mi timeline, fue de lo más molesto. ¿Qué pasó con eso de “formar ciudadanos críticos y responsables y blá, blá, blá? Jóvenes jugando a los analistas políticos es lo que más necesitamos en tiempos en los que la democracia parece impulsar decisiones del siglo XII.

“Mientras los jóvenes estaban en un Starbucks, los viejos fueron y votaron en contra”, me decía hace poco un maestro mientras hablábamos del Brexit. Hablábamos de cómo, aunque los millennials podemos jactarnos de una conciencia ecológica, social –hasta cierto punto no muy politizada, para bien y para mal– más desarrollada que las generaciones que nos precedieron. Aún así, seguimos siendo muy pobres políticamente hablando. Esto es, en parte, culpa de que jugamos de visitantes en el sistema con el que se toman las decisiones, pero en gran parte nuestra.

La batuta del mundo va a ser nuestra pronto, muy pronto; y si queremos adecuar el sistema a nuestras reglas, tenemos que empezar por interesarnos en este. Si no, lo que nos pasa es que unos viejitos moralistas y conservadores le quitan a los jóvenes ingleses la posibilidad de chambear en toda Europa; que Trump se va a volver un Dormammu con el que tendremos que negociar si queremos intercambio a Estados Unidos. De a perdis, que AMLO se mude a los Pinos.

Es imperativo que comencemos a interesarnos por estos temas, a leer noticias y poder dar una opinión sobre lo que sucede en el mundo (por lo menos en México). Que podamos decir que Hilary era la peor opción de los demócratas, que podamos detectar conflictos de interés en las estructuras más básicas. La Universidad debe incitarnos más a leer las noticas, a debatirlas y a tener por lo menos lo necesario para entender lo que sucede en el mundo.

La Universidad es demasiado sencilla para los que solo vienen a estudiar. No se puede que de aquí salgamos defectuosos, desinteresados y sin las ganas de dejar el mundo mejor que como lo encontramos. No se puede que un par de “malas noticias” nos hagan perder la esperanza en el mundo. Y si es así, le fallamos a nuestra universidad y a su épica misión de generar ciudadanos; críticos o no, pero ciudadanos.

Eric H. Cetina Karsten

eric.cetinakn@udlap.mx

@ehauvery

Last modified: 16 noviembre, 2016