Hermosas coincidencias

Written by | Loop, Opinión

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No fue hasta hace algunos años que entendí que encontrar a alguien que cumpla el mismo día que yo no es mucha coincidencia. Con tan solo 365 días al año y más de 100 mil personas en la ciudad, es un tanto lógico que haya personas celebrando un año más de vida el mismo día. Aunque cumplir el mismo día que alguien no sea mucha coincidencia, hay eventos que te impulsan a decir “que pequeño el mundo es”. Subir a un avión, hablar con la persona junto a ti y encontrar amistades en común puede llegar a ser una de ellas. A medida que sucede esto, nos podremos preguntar por qué dichas coincidencias –que podrían parecer improbables– ocurren en nuestras vidas, pero en realidad debemos preguntarnos qué es lo improbable.

Debo decir que no ando por la vida esperando ser parte de una coincidencia o pensando el porqué estas suceden. Mas, recientemente, me encontré con una explicación matemática de las coincidencias, la cual captó mi atención. De acuerdo a esta explicación, la idea de lo que es una coincidencia se podría explicar con un mazo de cartas.

La probabilidad —medida relativa del espacio muestral, que es el conjunto de todos los posibles resultados— de sacar cualquier rey, es de 4 en 52. Este evento se considera relativamente raro, pero no imposible, pues, si durante cincuenta y dos días sacas una carta del mazo, en algún momento verás un rey. Además, si después de sacar la carta la regresas al mazo, la volverás a ver. El hecho de que las cartas puedan repetirse permite que los eventos raros se presenten. En resumen, esto es lo que pasa en la vida: estamos expuestos a eventos tanto probables como improbables; cada que se saca una carta algo tiene que pasar y simplemente por vivir estamos sacando una carta constantemente. Así, lo improbable ocurrirá de vez en cuando.

Lo cierto es que estamos expuestos a tantas posibilidades que, aunque sean raras, algunas de ellas sucederán; por lo que no debemos sorprendernos ante el hecho de que estas ocurran. Ha habido tantos intentos de hacer este pequeño experimento algo más preciso, pero claramente no es algo sencillo. Para que esto funcione, el espacio muestral se debe proponer con eventos equiprobables –eventos que tienen la misma probabilidad de suceder–, lo que genera una gran dificultad; ¿a quién escogemos? ¿qué situaciones o factores sabemos con certeza que influyen en nuestro experimento? La lista puede continuar. Debido a que todavía no se encuentra una forma correcta de encontrar este espacio muestral, las hermosas coincidencias de la vida seguirán siendo un enigma lleno de sorpresas.

Paola Osorio Escobar
paola.osorioer@udlap.mx

Last modified: 23 noviembre, 2016