Roma en la actualidad

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Roma probablemente sea uno de los imperios más importantes que han existido sobre la tierra. Con una clara misión civilizadora, o al menos eso creían, causó que toda Europa recibiera (sin importar la manera) su forma de vida, así como sus descubrimientos, infraestructura, formas de entretenimiento, entre otros. Con una forma de gobierno, que siempre tuvo como principal objetivo el expansionismo, el imperio romano se destacaba por su implacable ejército y su sociedad más civilizada que las otras tribus bárbaras.

El imperio romano cayó (y no el de occidente por que el imperio Bizantino termina distanciándose de los valores tradicionales romanos) en el año 476 d.C. Varios imperios han pasado a ser la “Roma” de su época. Pero entre todas las posibles comparaciones, creo que una de las más claras y, probablemente la mejor, es con el actual Estados Unidos de América. ¿Por qué? Este es el país con el mayor ejército del mundo, tiende a invadir otros estados con una excusa: “esparcir el valor de la democracia” (¿civilización?). Se consideran los defensores de la mejor forma de vida -en este caso sería la idea de la libertad, pero se puede forzar el cambio-.

Para aquellos que han leído varías columnas mías, probablemente habrá notado ese lector las constantes referencias que realizo a nuestro vecino del norte y al mundo anglosajón en general. Históricamente hablando, Inglaterra y múltiples colonias suyas, has logrado adaptarse al tiempo y avanzado para superar a otras potencias. El sur estadounidense es un desierto, el norte esta la mitad del año atrapado bajo nieve; Inglaterra no se distingue por ser la tierra más fértil ni la mejor posesionada. Así, puedo continuar con otros territorios que actualmente son potencias y han sabido adaptarse al tiempo para sobresalir.

Pero de entre todos estos territorios, el que me importa es Estados Unidos. Me parece que si algo llegó a mostrar Roma, es que hasta el mejor imperio puede caer. El problema romano fue, principalmente, la intensa corrupción política y el debilitamiento de la fuerza militar ante los ataques, invasiones y migraciones de territorios no romanos, o lo que ellos llamarían, bárbaros. A diferencia de la actualidad, las fronteras con muros capaces de detener este tipo de migraciones no eran un recurso, al menos no existían de tal magnitud en occidente -el único ejemplo sería romano, la muralla de Adriano, pero tenía propósitos militares-. Ahora el mundo ha evolucionado, la idea de la globalización nos permite ver el mundo desde un punto de vista general, y de que algunas personas apoyen la migración y que otros bloqueen el ingreso a personas de países árabes; una decisión totalmente radical e imprevista.

Temo a la idea de la decadencia. No temo por Estados Unidos como tal, pero claramente México depende de tratados con este país. Lo que sí estoy seguro, es que el poder en las manos equivocadas puede causar cosas como la prohibición de ingreso a la que ya referí. No obstante, el sistema político estadounidense pudo probarse y negar la orden de un gobernante; sueño que ningún imperio antiguo hubiera podido soñar. La división de poderes, una democracia cada vez más pulida, y la historia han permitido que actualmente los sistemas políticos intenten probar su duración y eficiencia.

Una de las teorías más interesantes para ver la historia es la llamada (en inglés) “Strauss-Howe generational theory”. De toda la teoría, se puede ver la historia como una constante rueda generacional conformada por cuatro etapas: alta (la sociedad se dirige en una dirección, con instituciones fuertes), despertar (donde se busca la reforma, desconfianza en instituciones), desenvolvimiento (polarización lleva a sociedad a cuestionar qué se debe seguir después), crisis (sociedad se une para construir instituciones nuevas). Técnicamente, y como comenta Michael Stevens en un video que llegué a citar hace un semestre, de acuerdo a esta teoría, nuestra etapa es la crisis.

No sé qué tan certero sea esto, pero lo que el populismo a probado, es que las sociedades de los países más poderosos han llegado el escepticismo más radical, hasta desconfiar en sus instituciones e intentar remplazaras en base al odio y la diferenciación. Sólo temo a la radicalización de ideas, y a la polarización de bandos políticos que no encuentran manera de reconciliarse, volviendo cada vez más radical a cada bando.

Rodrigo Lichtle Ventosa

Rodrigo.lichtleva@udlap.mx

Last modified: 24 febrero, 2017