Reseña: La La Land, provocadora e inocente

Written by | Ágora, Popcorn

La película con más nominaciones estos Óscares, La La Land, fue víctima de algo que, año tras año, sucede con las películas que pueden llegar a ser premiadas: las expectativas. Al día de hoy, seguramente todos han escuchado comentarios de La La Land; lo cierto es que, sean buenos o malos, todo el mundo está hablando de ella. Sobre todo, con el “incidente” tan hablado y las burlas de las caras decepcionadas del equipo de esta película al pensar que habían ganado cuando no fue así.

Tantos han sido los rumores y la conmoción, que cuando uno entra a verla a la sala de cine, puede esperar salir un poco decepcionado. Puede que La La Land no haya ganado el Óscar a mejor película, pero sí el Globo de Oro, así como muchos otros premios. Lo que nos lleva a preguntarnos si en verdad Damien Chazelle merece el prestigio que ha recibido, o solo se trata de una película llena de falso renombre y que ha sido sobre-promocionada por los medios.

La La Land es una película de amor y sacrificio. Es la historia de dos personas que persiguen su sueño. Sebastian (Ryan Gosling) quiere abrir su propio club de jazz y Mia (Emma Stone) quiere ser actriz. Tras varias casualidades, terminan por conocerse, bailar, cantar y enamorarse; pero el destino hace que tengan que elegir entre su relación y la persecución de sus sueños. A lo largo de la película, se denota un homenaje a otros musicales y temas de Hollywood como Los Paraguas de Cherburgo. A través de estas referencias, Chazelle deconstruye el género musical, lo deshace y crea una historia interesante que cualquiera puede disfrutar.

Una crítica viene por parte de los puristas del jazz. Esta consiste en que Ryan Gosling es un hombre blanco que defiende el jazz de alteraciones. Para estas personas el género musical representa a la cultura negra, por lo que Ryan Gosling no puede ejercer el papel de representación a esa comunidad. No obstante, la intención de la película no es tratar temas de raza, ni busca representar a un grupo de personas a través del jazz; sólo está retratando a un hombre con una pasión y un sueño, por lo que es válido que exista este personaje.

Otra de las críticas surgen por la falta de escenas de baile, o que, tanto Ryan Gosling como Emma Stone, no cantan como Judy Garland o Johnny Castle en su época. Esto es deliberado, pues se trata con ironía lo fantasioso que solían ser los musicales, e incluso los personajes mismos se burlan de esos momentos donde bailan y cantan. Que ambos actores no sean cantantes o bailarines es parte del encanto de la película, ya que le da cierta naturalidad a su relación. Chazelle está aludiendo a los musicales clásicos, no obstante busca que la película no se sature del mundo del que se está burlando y homenajeando al mismo tiempo; el de un Hollywood color rosa donde todo es perfecto.

La La Land es una película que te absorbe con su encanto desde el momento en que comienza, aunque uno, como espectador, no tenga una predisposición al género musical. El estar nominada a catorce Óscares fue lo que causó una ola de críticas negativas, ya que la gente tendió a pensar que estaba sobrevalorada. Al final no ganó –a sorpresa de todos- pero esto no quita el valor que tiene el filme. La La Land es una sátira del Hollywood lleno de clichés, amor a primera vista y el sueño americano; es provocadora y, a la vez, inocente. Es el género musical desarticulado, modificado y satirizado; para que de esta forma, sea reconstruido y forme al musical moderno.

Ana Lucia González Palos

ana.gonzalezps@udlap.mx

Last modified: 9 marzo, 2017