Camino a cambiar el mundo

Written by | Flechas Rayadas, Opinión

El camino está plagado de retos (vaya que desde la modesta trinchera de un estudiante universitario se sabe eso) y hoy todos tenemos uno grande: salvarnos de la autodestrucción. El mundo entero, caótico, imperativamente nos pide un poquito de ayuda. La avaricia y el afán de un sistema por alinearnos a una doctrina sistemática global son ostentosos. Mientras tanto, la injusticia se ha convertido en una constante para una mayoría considerable alrededor del mundo. Increíble observar cómo es que nos convertimos en un mundo desigual, violento, desinteresado, contaminante, egoísta y grosero.

Por su parte, las élites te piden u obligan a que estés en silencio; que te adaptes y, como animal, busques no vivir, sino sobrevivir en un mundo creado para leones y tiburones. No está permitido o, al menos, no es lo recomendable para “salir adelante” interesarte en las necesidades, derechos y vida de los demás; y si es así, que estas necesidades te retribuyan a ti algún beneficio económico o político. La ayuda no puede darse por el simple hecho de ayudar y defender al otro. Lo importante, es que tú como individuo, estés bien y estable. Consume, produce y cállate. Si no acatas, probablemente no te vaya tan bien. Lamentablemente, nos sumergimos en un sistema que premia el egoísmo y limita la solidaridad.

Al mundo se nos repite por un lado que seamos “buenos y pacíficos”, mientras quienes lo promueven, muchas veces, son los que violentan y destruyen. Tanta faramalla y discursos de paz y libertad en los foros internacionales, para después llevar su propia visión de “paz y libertad” de manera violenta a diversos rincones del mundo. El abuso y el desastre han sido el día a día de muchos pueblos.

Sin embargo, dentro del caos y la desesperación, siempre hay una esperanza. Creo firmemente en que somos más los que ya estamos cansados de ver tanta injusticia. Y sí, nos podrán bombardear de miedo y desconfianza todas y cada una de las mañanas con malas noticias, pero eso es lo que nos vuelve más fuertes y exigentes.

Me parece que, ante estos tiempos de embriagante adversidad, lo prudente es construir un sendero hacia el cambio. Es momento de entender que la desigualdad y la injusticia no son únicamente económicas y jurídicas, respectivamente. Es momento de que los buenos salgan a las calles y griten por los dolidos, segregados y olvidados por el sistema. Es momento de continuar con las luchas que miles de mujeres y hombres han librado a lo largo de la historia.

Veamos a nuestro alrededor y pensemos en los demás. Hemos crecido y ahora nos toca a nosotros llevar las riendas del mundo. Seamos críticos y cuestionemos. Los cambios para bien no se harán solos. No permitamos que ningún monarca que se crea invencible se coma la libertad de la mayoría. No dejemos que los villanos de todo tipo queden impunes. Que la luz y esperanza lleguen a todos lados.

No nos deshumanicemos. Dejemos la apatía y el desinterés a un lado. Recuerden que muchos están librando batallas y siempre estarán agradecidos de que les echemos la mano. Llenemos los periódicos de todo el mundo de buenas noticias. Eso sí, que las noticias y los medios también demanden y busquen justicia. Luchemos, que para eso tenemos voz.

Creo firmemente en los cambios y en las luchas sociales. Creo, muy en el fondo, que la esperanza y la justicia perduran en el corazón de prácticamente todo ser humano. He ahí el motivo de imaginar, aunque sea en una columna, que existen formas y motivos para crear un mundo más justo para todos.

Seamos héroes y no villanos o espectadores. Seamos los creadores de un mejor mañana. Seamos justos, honestos, valientes, buenos y libres. Pero, sobre todo, seamos seres humanos amando a los demás seres humanos.

Ray Ricardez

raymundo.ricardezga@udlap.mx

@RayRicardez

Al ser esta su última columna, Ray escribió unos agradecimientos que nos gustaría compartir con ustedes:

El día que recibí el premio al mejor columnista, me puse a reflexionar sobre el valor y la enorme oportunidad que tenía en La Catarina. Ser columnista de este gran proyecto estudiantil, me ha dado armas para enfrentar al futuro y a la vida. Una pluma, letras e ideas han sido mis mejores acompañantes en esta aventura. A su vez, agradezco a todos los miembros de La Catarina, que realizan una labor titánica por llevar la mejor información a la mano de los estudiantes de esta Universidad y más allá de ella. Gracias Eric, gracias Pepe, gracias Carito, gracias Ily, gracias Cynthia, gracias Erika, gracias Sofi, gracias Ixchel, gracias Lucho Quique, gracias Vale, gracias Sara, gracias Mike, gracias Juan Antonio, gracias a todos los que me acompañaron en este proyecto y se han convertido en mis amigos y, por supuesto, a quien me dio esta oportunidad: Fer Soria.

A todos los miembros de La Catarina, les recuerdo que tienen una gran misión. Ser parte de esto es ser parte de la voz estudiantil de esta Universidad. La voz, recuerden, es la mejor arma en contra de las injusticias. Recuerden lo que dijo el Tío Ben: “Un gran poder conlleva una gran responsabilidad”.

Por mi parte, les dejo el arco y las flechas (Flechas Rayadas) para algún columnista que llegue con similares motivaciones. Espero que Dios y la vida me tengan preparados planes y rutas grandiosas, que me permitan, aunque sea, ayudar tantito a quienes lo necesitan.

A todos mis lectores, muchas gracias por estar permanente o itinerantemente ahí. De verdad, son la pieza final de todos los que publicamos en este proyecto. Si no nos leen, recuerden que La Catarina se derrumba. Ustedes, lectores, son y seguirán siendo nuestra principal motivación.

Su querido amigo, Ray.

Last modified: 30 noviembre, 2017