Nos estamos muriendo

Written by | Espacios vacios, Opinión

¿Será que estamos condenados a vivir de esta manera? ¿En un estado de ilusión constante en donde creemos que llegar a la siguiente etapa de nuestra vida es como subir de un nivel al otro? ¿Como si estuviéramos jugando un videojuego o como si eventualmente llegáramos a algo que llamaríamos “final”, pero en realidad es un ciclo constante de jamás termina?

Un día te levantas siendo un niño que no puede esperar para aprender a leer y escribir y de pronto no puedes dejar de hacerlo. Pasan los años y te conviertes en un adolescente que no entiende las reglas ni por qué tiene que vivir acorde a la vida de otros. Nuevamente el deseo por el futuro se apodera de ti y no puedes esperar por ser adulto e independiente, pero cuando ese día llega no haces nada más que vivir para trabajar, trabajar para vivir. Eso no es vida.

Desde el momento en el que tomamos nuestra primera dosis de oxígeno, nos enseñan que tenemos que llegar hacer algo grande (aún no logro descifrar a que se refieren con “algo grande”), que debes dejar un legado que marque a todas las generaciones por venir, pero nadie te avisa que, en realidad, lo único que debes hacer es amar esta experiencia llamada vida y dar lo que más puedas de ti.

Una verdad irrefutable es que la mayoría de las cosas que nos enseñan o que aprendemos en la escuela se borra con el tiempo. Sin embargo, las experiencias que vivimos, las vidas que tocamos y los momentos en lo que caemos solo para volvernos a levantar quedan marcados en nuestras memorias con tinta indeleble e invisible que no podemos sacar de nuestro ser. Lo que hayamos dicho o hayamos hecho algún día dejará de importar, nuestras palabras serán olvidadas, pero la manera en la que hicimos sentir a las personas a nuestro alrededor permanecerá inmarcesible hasta el final de los tiempos.

A lo que quiero llegar con toda esta sarta de palabrerías es que somos afortunados. Somos jodidamente afortunados de estar en esta vida y no lo vemos, ni siquiera alcanzamos a comprenderlo. No nos damos cuenta de que romper el ciclo es muy fácil.

No estamos aquí para vivir rutinariamente hasta el momento en el que nos convirtamos en comida de gusanos. Si lo deseamos, en menos de un segundo podemos tomar la decisión de comenzar a cambiar nuestra vida. Puedes comenzar a correr todos los días o cortarte el cabello al ras de los hombros, puedes escribir esa carta de amor que tanto has querido entregar o dejarle de hablar a alguien que te hace mal. La vida tiene mil y un universos en la misma tierra, donde hay personas sufriendo y viviendo en esclavitud, y a ti y a mí, por dedazo como se dice coloquialmente, nos tocó ser de los afortunados que pueden intentar ser libres.

No tienes que ser CEO de una gran empresa o ser la siguiente Joan Didion o el siguiente Steve Jobs, solo necesitas ser tú y tomar una decisión: ¿Esta es la mejor manera en que puedes vivir?, ¿estás amando lo suficiente? Si la respuesta es no, no sé qué haces sentado aquí. Vete y estudia lo más que puedas y después ve a dormir o a abrazar a tus padres, invita por un café a esa persona con la que tanto has querido hablar solo porque la quieres conocer. Haz tu vida y vívela a tu manera, no la desperdicies. Haz lo que te pegue la gana mientras no dañes a nadie.

Vivimos en un mundo que promueve el sentirnos incompletos e infelices. Vemos en todas partes cosas que nos hacen creer que no estamos viviendo la vida como deberíamos. El marketing se basa en entristecernos, porque al estar tristes buscarás la felicidad comprando ropa, adquiriendo una casa más grande o en el alcohol y la comida. Todo se vuelven excesos y sigues comprando creyendo que en realidad conseguirás lo que necesitas.

Vivimos bajo el control del reloj: a las cuatro junta, a las cinco cuarenta y cinco gimnasio, a las seis y media clase de francés, a las ocho cena… la vida no es eso. Incluso llegamos a convertir a las personas en objetos para hacernos sentir bien, pero la vida no es esto, ¡es mucho más! Si promoviera la felicidad, nos daríamos cuenta de esto.

No caigas en este juego. La única regla verdadera de la vida es que mientras seas feliz, sin lastimar a terceros, estás viviendo correctamente. No cumplas las expectativas de los demás ni vivas su realidad, crea la tuya. Habla con personas diferentes a diario y no salgas de tu casa por un día entero. Deja el celular, lee un libro, ve al cine solo y despierta. No soporto ver a las personas no aprecian la vida como el regalo que es. Nada importa, nada tiene sentido, mas que el que tú elijas darle. Abran los ojos y vivan de una vez, que nos estamos muriendo y eso es lo único que podemos hacer. No podemos salvar al mundo, es probable que no logremos erradicar todo el dolor que hay en él, pero podemos sanar esa pequeña parte de nosotros que no nos deja ver las cosas hermosas de la vida y así sanar un poco nuestro entorno.

Abran los ojos y vivan ahora porque nos estamos muriendo cada vez más rápido al no hacerlo. Nos estamos muriendo.

Diana Sofia Cortez Woo

diana.cortezwo@udlap.mx

Last modified: 6 noviembre, 2017