Más que apariencias, más que engaños

Written by | Opinión

A decir verdad, a mí no me puede importar menos quién gane un concurso de belleza, pero es necesario que escriba sobre esto. Después de tantos memes y comentarios en redes sobre Ángela Ponce Camacho, Miss España 2018, ya me harté de ver diversas manifestaciones de transfobia y machismo. Trataré de hacer esto lo más objetivo sin que parezca despotrique, pues estos temas me molestan bastante.

Para hablar de transfobia es necesario entender qué es exactamente: se puede definir como todas las actitudes de rechazo, odio y discriminación hacia el Colectivo Trans –personas transgénero, transexuales y travestis.  Hasta donde he podido entender, mucha de la discriminación surge por ignorancia al tema, pero la parte sociocultural tiene mucho que ver en estas situaciones.

Una gran parte de la población ha aprendido que si naces con «x» o «y» genitales, tienes que comportarte de «x» o «y» forma, como si nuestra biología dependiera de ello. Al menos en el área sexual, los genitales sí definen qué hace cada quien, pero de ahí en fuera, las expectativas de cómo debemos actuar han sido pura construcción social. Cuando estas construcciones se nos arraigan como ley, por no decir que se nos meten con sangre, es cuando empiezan los problemas.

La fisiología humana es imperfecta; hay veces en las que mujeres nacen en cuerpos de hombres y viceversa, o hay veces en que esta identidad se va construyendo inconscientemente desde la infancia, por lo que querer limitar a la gente a que actúe conforme a una característica física que sirve principalmente para reproducirse, demuestra falta de comprensión hacia nosotros como especie. A lo largo de las épocas no hemos evolucionado para ser solo nuestros cuerpos, y no hemos cambiado paradigmas para desconocernos y faltarnos al respeto.

Sé que es difícil entender situaciones que nos son poco familiares, pero el respeto no debe serlo. Todos tenemos derecho a una identidad, y a cambio tenemos la obligación de respetar a los demás sin importar cómo se identifiquen. Después de todo, más allá de nuestra identidad  y sexualidad, somos seres humanos. Que sigan existiendo actitudes que promueven la discriminación y sean aplaudidas, aun si sólo son “bromas”, no nos ayuda a construir las sociedades perfectas que tanto deseamos.

Discriminar a alguien por su identidad puede ser algo devastador. Se ataca a la esencia de una persona, haciéndole dudar y sentirse mal por quién es. Si a eso añadimos que la persona pasó por un proceso bastante difícil para asumirse y superar roles de género que se le impusieron, no es exageración decir que se puede matar a una persona así.

Lo que está ocurriendo con las reacciones hacia Miss España 2018 muestra demasiadas fallas sociales. Al menos en México, prueba que está mal que los hombres expresen un lado femenino y que las mujeres no tienen más valor que ser objetos para los hombres, además de que no pueden expresar su identidad. Lo importante de combatir estas actitudes es evitar el odio a que otros se expresen y aprender que más allá de aquello que nos conforma, no dejamos de ser seres humanos que necesitamos respeto y comprensión.

Ann Cervantes Trejo

antonio.cervantesto@ udlap.mx

 

Last modified: 15 octubre, 2018