Rusia es un mundo totalmente distinto, que conocemos solo por lo que los medios occidentales nos dejan ver. En la Rusia de los años 50, al morir Stalin, un grupo de personas empiezan a publicar la literatura que no se encontraba en las estanterías: la literatura clandestina o Samizdat se convierte en una forma de rebelión política y de expresión sin censura.
En la biblioteca de la Universidad podemos encontrar una recopilación de textos de autores como Vladimir Maximov, Victor Vielski, Varlam Shalamov, Vladimir Bukovski, entre otros. Literatura Rusa Clandestina (Juventud, 1972), traducción de Gloria Martinengo, nos presenta varios relatos y ensayos publicados en la revista española Grani.
El libro busca darle reconocimiento a los autores soviéticos que trabajaron durante mucho tiempo en oposición directa a las decisiones de censura que el gobierno había tomado. Muchos textos son de situaciones que para nosotros son muy comunes pero, al no ser propaganda oficial y pertenecer a estos autores, la otrora Unión Soviética no los permitió.
El Portero Lachkov nos narra, a través de los ojos de un portero, las historias de los habitantes de aquella casa. El hombrecillo, texto corto de Bukovski en forma de un monólogo que cuestiona las grandes preguntas de la vida, Dios, la verdad y la gravedad. El clavo en la mesa de Golyavkyn, Calígula y Revelaciones también son parte del libro y nos muestran las ideas sin censura.
La obra es una ventana a la vida de la Rusia de los años 50, 60 y 70, y, aunque hoy el panorama es distinto, estos textos siguen sin salir a la luz y son parte de la literatura rusa olvidada por la censura soviética y los bloqueos culturales que occidente impuso.
Puedes encontrar el libro en la biblioteca bajo la clasificación PG3516 L5.818 1972.
Ixchel Mariana Padilla Santiago
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Last modified: 24 febrero, 2019