Es el género más popular en plataformas digitales, antros y fiestas alrededor del mundo. El género urbano al que pertenece el reggaetón es tanto amado como odiado, ya que se ha ganado mala fama debido a que muchas de sus letras contienen expresiones vulgares y que denigran la imagen de la mujer.
Basándome en esta idea, en teoría tendría que odiar el reggaetón: soy mujer, soy feminista, no soporto el mansplaining ni los comentarios denigrantes. La realidad es otra: me encanta el reggaetón y pretendo, con este texto, romper el estigma de que el feminismo y el reggaetón no pueden coexistir en los gustos y creencias de una misma persona.
Para mí el reggaetón es bailar con mis amigas en el antro, cantar mientras me arreglo en mi cuarto y sentirme libre, joven y empoderada. Para mí el reggaetón es un género que logra unir a diferentes clases sociales, que hace que gente de todas las edades se pare a bailar en las bodas.
Hablando con la neta: es cierto que muchas de las letras sí tienen un trasfondo machista, pero con la misma les digo que el machismo no discrimina de ritmos, estilos, idiomas o autores. El machismo está presente en todos los géneros musicales. La cuestión aquí es escuchar de todo, pero usando bien la cabeza, independientemente del género y de los mensajes. Saber analizar críticamente los contenidos que consumimos debería ser algo obligatorio para así poder consumirlos.
Considero que hace falta empezar a mirar este género como un terreno fértil para transformar historias. Así como yo, hay mujeres que se apropian del reggaetón para contar sus historias y empoderarse de sus cuerpos. Algunas cantantes como Becky G, Natti Natasha, Anitta y Karol G, entre otras, han hecho suyo este género musical para transformarlo por completo: mientras que los ritmos latinos y el auto-tune prevalecen, el mensaje cambia por completo.
Debemos recordar que el feminismo también lucha por la libertad de la mujer a la hora de expresarse sexualmente; que se pueda decir lo que te gusta sin que te llamen «zorra», «puta», entre otros muchos adjetivos presentes en la boca de la persona promedio. No se debe desestimar a las mujeres intérpretes de reggaetón, ya que ellas están llenando las letras de sus canciones de feminismo, cambiando los mensajes y demostrando que el perreo y el empoderamiento pueden ser buenos amigos. Cuanta más gente las escuche, a más gente le llegará esta idea.
Como dijo Bad Bunny hace poco: “Menos violencia para la mujer y más perreo (y si ella lo quiere, sino déjala que perree sola y no la jodas)”.
Paulina López Aguirre
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Last modified: 21 febrero, 2019