Cine sobre mujeres, por mujeres y para el mundo

Written by | Ágora

Mucho se habla de reducir la brecha de género en la profesión cinematográfica, tanto a nivel realización, dentro de los múltiples puestos y espacios necesarios para la creación de una obra fílmica, como a nivel representación, dentro de las historias desarrolladas por sus autores correspondientes para ser llevadas a la pantalla grande. Sin embargo, la materialización de estos objetivos en el día a día, se ve sesgada por múltiples factores, como pueden ser los intereses de las productoras, las intenciones autorales que se alejan de cubrir cuotas de género, la desigualdad presente en las instituciones universitarias de cine en el país, las miradas feministas no interseccionales, entre otros aspectos.

Es por esto que cuando surgen obras que cuya temática se aleja de la esfera urbana para darle voz a historias de mujeres en sectores rurales y/o marginados, contadas por mujeres universitarias que también se encuentran en una situación profesional de marcada desigualdad, no deben ser pasadas por alto, ya que podemos estar ante cambios paradigmáticos en la diversidad de miradas narrativas dentro de la producción de cine nacional o quizá hasta internacional, dependiendo de sus alcances. El cual no posee un impacto limitado a un público femenino, sino que puede concernir a cualquier persona perteneciente a la audiencia destinada para la exhibición de dichos proyectos, sin importar su género, condición socioeconómica, raza, etc. Siendo esta la raíz de la interseccionalidad.

Entre el cielo y la tierra dirigido por Ana Belén Urrutia y Mopampa: por ti dirigido por Natalia Ramírez y Mariana Lariza Barocio, documentales exhibidos por Ambulante 2019 en la ciudad de Puebla, son dos ejemplos sólidos de lo mencionado anteriormente.

Ana Belén, quien cursa el último semestre de la carrera en Cine y Producción Audiovisual, muestra la historia de Jacinta Hernández, una voladora originaria de Cuetzalan, Puebla, quien ha luchado por más de treinta años contra los obstáculos ideológicos de su pueblo para que las mujeres puedan participar libremente en el rito de los voladores.

Ana menciona que el proceso de filmación fue bastante difícil, pues las personas del pueblo las trataban a ella y a su cinefotógrafa con poca fiabilidad solo por ser mujeres.

“Nos veían con cara de ¿por qué ustedes están haciendo esto? Todavía no creían que una mujer pudiera estar realizando un trabajo así. Mujeres entrevistando a mujeres. Lo veían absurdo. Hasta se llegaron a burlar de nosotras. Y creo que esto demuestra que es necesario que las mujeres sigamos alzando la voz. Hoy en día es muy necesario contar historias que tengan que ver con mujeres empoderadas, porque hay muchos sectores oprimidos y seguimos viviendo en un país sumamente machista. Me parece muy importante mostrar cómo es la condición de las mujeres hoy en día, dentro de una sociedad con opiniones de género tan arraigadas y perjudiciales para nosotras”, relata Ana en entrevista.

Por otro lado, Natalia y Mariana, graduadas de la carrera de Comunicación, siguen la vida de María Lucía, una mujer náhuatl que creó una compañía para vender chile serrano en una ruta de trabajo alternativa, en la que las mujeres obtienen libertad económica y reducen la violencia doméstica, pese a las condiciones de discriminación que enfrentan. Natalia menciona que también se enfrentaron a faltas de respeto por parte de los hombres en el pueblo, al ser difícil que las vieran como autoridad detrás de las cámaras. Aún así, no dejaron que eso las detuviera en la realización del proyecto, pues era un tema que consideraban muy relevante retratar y compartir con la gente.

“Te da coraje saber que hay mujeres luchando por salirse de sus casas en situación de violencia doméstica, pero que al mismo tiempo no pueden porque nunca han ido a una escuela y no saben trabajar. Fue muy emocional para nosotras vivir esa experiencia, porque aunque sean mujeres que viven en un contexto diferente al mío, compartimos ese mismo sentimiento de salir a trabajar y que no te tomen en serio por ser mujer”.

Ambas directoras realizaron los documentales como proyectos estudiantiles, lo que aumenta el efecto que pueden producir en los espectadores y espectadoras. Tanto como inspiración para otras mujeres jóvenes aspirantes a cineastas, artistas o cualquier otra profesión relacionada con el mundo creativo, como para demostrar que las mujeres son capaces de abrirse paso en la profesión cinematográfica, porque el talento femenino existe y existe en grande.

“A muchas personas les puede sorprender que dos mujeres aún estudiantes se vayan a luchar un poco en temas de género, porque en México sigue muy arraigado el machismo y hacer un documental no es nada fácil. Creo que puede tener un impacto bueno en otras jóvenes estudiantes que vean nuestros documentales y digan ‘bueno, si ellas pudieron, yo también puedo, son comunes y corrientes como yo’. Impulsarlas a hacer algo por su país y su comunidad”, declara Natalia.

“Creo que el mayor impacto es demostrar que las mujeres si podemos hacer cosas que la gente no cree. A mí me encantaría decir que ninguna mujer necesita demostrarlo, pero lamentablemente, en el contexto donde vivimos, no tenemos esa validación asegurada y normalizada. Mujeres que son estudiantes entrevistando mujeres, contando sus historias, alza mucho la voz de la mujer en general”, complementa Ana Belén.

“Yo primero quería hacer una historia sobre los voladores, pero fue la vida de Jacinta la que llamó mi atención, por la pasión con que ella la contaba. Recibía muchas críticas, muchos juicios, le decían marimacha solo por hacer algo de hombres. Ella tiene un dicho muy bonito que es ‘yo estoy volando libre como un pájaro y ya nadie me va a detener. Llevo 30 años haciéndolo, ¿creen que me van a parar? Claro que no.’ Yo le preguntaba si alguna vez se ha pensado en casarse, porque tiene casi 50 años y aún vive con su madre. Que si pensaba en abandonar el ritual porque es peligroso para la salud. Y ella dice que jamás piensa dejar de volar, que ella nació con ese don y se lo dedica a los dioses. Que ella nació para eso. Y esa firmeza me inspiró mucho”.

De esta manera, nos encontramos con historias sobre mujeres que rompen paradigmas, contadas por mujeres que rompen paradigmas, para compartir con un mundo que aún se cierra a darles permiso, pero que no les impide abrirse camino por mano propia.

 

Escritora invitada:

Daniela García Juárez

danni_gj89@hotmail.com

Fotografía: Luis M. Monterrubio

Last modified: 5 mayo, 2019

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