La Nueva Tendencia Mundial

Written by | Opinión, Reflexiones

El sector financiero tiene una máxima sobre la cual giran todas sus operaciones: generar valor para sus clientes. Durante siglos, los banqueros del mundo entendían esto como generar más ganancias, más dinero, más poder. Eran maquiavélicos: no importaba el medio, el fin justificaba todo. No importaba si debíamos destruir el planeta, corromper un sistema o destrozar empleos. Lo único imperante era ganar. Quizá, ahí surge el prejuicio sobre la gente de Wall Street y su inhumana ambición. Tan grande era su aversión a la pérdida que no se limitaban en las herramientas usadas para ganar. Esta conducta ha dirigido algunas crisis financieras como la del 2008, donde la ambición de quien no quiere ver la realidad derrumbó todo un sistema y acabó con miles de vidas en el camino.

La serie de televisión Billions (disponible en Netflix) retrata este comportamiento destructivo en distintas ocasiones: cuando un Trader Senior intenta enfermar toda una granja de gallinas para que el precio del pollo suba, o cuando una joven promesa entra en un conflicto ético consigo misma para mantener un récord positivo. Sin embargo, en los capítulos más recientes, el show comienza a tocar un tema de mi interés personal por el impacto que está teniendo en el mundo. Los factores Ambientales, Sociales y de Gobernanza (ESG, por sus siglas en inglés) están cambiando las reglas del juego. Estos factores son compromisos ambientales, sociales y de gobernanza corporativa a los que todo aquel interesado en una empresa ESG debe cumplir. No se limita a directivos, accionistas y empleados, sino se extiende a proveedores, clientes, analistas y reguladores (stakeholders). Esta nueva tendencia va a revolucionar el sistema capitalista en el que vivimos.

Cada empresa adecúa sus compromisos según sus operaciones e industria. Por ejemplo, un banco no se va a preocupar tanto por su impacto ambiental como una minera. Generalmente, las firmas se basan en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU para elegir sus compromisos. Un banco estaría más inclinado a tomar los objetivos 5 y 10 (que atacan las desigualdades) antes que las metas 6 y 14 (que enfrentan la escasez de agua limpia). Lo mejor es que todas las compañías jugadoras están comprometidas a desglosar frecuentemente un reporte de actividades y avances ESG, donde los stakeholders pueden analizar si la empresa está cumpliendo o si es puro choro. Con base en esta información, ellos toman decisiones de inversión, de regulación o de crédito. De hecho, BlackRock, la firma de inversiones más grande del mundo, ha decidido trasladar parte de su dinero hacia empresas públicas que cumplan con estos nuevos estándares.

Y en México no nos po mano que bancos como Santander y Banorte están alineando sus operaciones para llenar estos nuevos requisitos. También, han surgido proyectos como Ejido Verde que generan bienestar social y ambiental a lo largo de toda su cadena de producción, les invito a visitar su página web. Otra buena nueva es la emisión de Bonos Verdes y Bonos Sociales que financian proyectos de infraestructura renovable o de apoyo comunitario. También, la aparición de dos nuevos índices ESG en las bolsas mexicanas que miden el rendimiento de las empresas más grandes de México que cumplen con estos esquemas. Desgraciadamente, por la parte Corporativa, todavía hay mucho por trabajar ya que siguen existiendo los compadrazgos y las influencias. Mientras tanto, ya podemos saber qué firmas son realmente responsables y así decidir en dónde queremos invertir nuestro dinero. Estamos viviendo el génesis del dinero consciente y responsable.

El ESG ha llegado para quedarse. No es una moda pasajera, ni algo mainstream. Detrás de este nuevo enfoque hay teoría, investigación y análisis, profesional y académico, que son la base y fundamento del nuevo mundo. Ahora, valor significa compromiso, responsabilidad, valores y ganancias, porque la moralidad no está peleada con el dinero. Los nuevos banqueros deben entender que las acciones tienen consecuencias y que no todo vale en este mundo. Se puede ganar sin destrozar a los demás, se puede generar riqueza sin aumentar la pobreza. Es cuestión de consciencia.

Si te gustaría saber más o continuar con esta charla, te dejo mi contacto:

Carlos Gómez

Editor de Opinión, La Catarina

carlos.gomezhz@udlap.mx

@carlosg_ze

Last modified: 5 noviembre, 2020