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Qué lindo es ver la ciudad en junio, tan colorida, llena de banderas y ornamentos arcoíris en apoyo a la comunidad LGBT+. Qué lindo es ver las fotos de perfil con filtros de la bandera del colectivo, y qué bello es ver cómo las distintas marcas y empresas se pintan de colores. Pero , ¿qué pasa con todo el apoyo cuando acaba el Mes del Orgullo? Parece que, como el encanto del hada madrina sobre Cenicienta, la magia acaba a la media noche y los “aliados” se vuelven calabaza. Sin embargo, a diferencia de la historia de Cenicienta en la que el príncipe va a buscarle, en esta historia las personas LGBT+ caen en el olvido, y guardan las zapatillas de cristal en un baúl para volver a utilizarlas el próximo año.
Cuando pasa el mes del orgullo LGBT+ las instituciones y empresas que tanto se jactaron durante este mes de su compromiso con la diversidad y la no discriminación, vuelven a su agenda habitual y se olvidan de las promesas vacías que hicieron. Es un secreto a voces que la agenda LGBT+ se ha vuelto una de las estrategias de marketing favoritas, ser “LGBT+ friendly” se ha vuelto una oportunidad lucrativa dejando de lado que realmente es básico respeto a los derechos humanos.
No obstante, la lucha LGBT+ no es la única con la que las compañías lucran: esto también está pasando con la lucha feminista, y de algún modo genera que nos olvidemos del propósito de las marchas y de la constante pelea por hacer valer nuestros derechos. Cuando es conveniente todos se pintan de aliados, pero ¿dónde están las acciones reales? Sin protocolos contra la discriminación, sin educación sexual integral, sin nadie que garantice nuestra seguridad, pero qué bonitos se ven los arcoíris en junio, aunque más tarde queden manchados de sangre por la brutalidad policiaca y los crímenes de odio.
La comunidad LGBT+ necesita verdaderos aliados, aliados que luchen el año entero por la igualdad de derechos y por acabar con el odio, que se dediquen a reducir la ignorancia y la discriminación. Rompamos el ciclo y vayamos a buscar a Cenicienta en cuanto acabe el baile, dejemos que use sus zapatillas con orgullo todo el año. Rompamos el ciclo y sigamos con la lucha en pro de la comunidad todo el año: que el orgullo sea algo que practiquemos a diario.
Diana C. Ojeda Sola.
Jefa de Opinión
diana.ojedasa@udlap.mx
Last modified: 9 noviembre, 2021