Generando Conciencia
En diciembre de 2006, el Gobierno Federal encabezado en ese momento por el Presidente Felipe Calderón, anunció que “unos 5 mil efectivos militares y policiales, y decenas de vehículos y aeronaves, participarán en operativos contra el narcotráfico en Michoacán.” Han pasado 8 años desde que la llamada Operación Michoacán fue lanzada, con esto daba inicio la declarada guerra contra los cárteles de la droga.
En 2014 existe una nueva administración, encabezada por Peña Nieto, quien en campaña criticó la estrategia llevada a cabo por el entonces presidente. El nuevo gobierno —ni tan nuevo, lleva 13 meses en el gobierno— lanzó en las primeras semanas de enero una nueva campaña encabezada por un comisionado del Gobierno Federal, la policía federal y el ejército. De estas acciones me surgen un par de preguntas ¿Cuál es la diferencia entre la “nueva estrategia” y la antigua? ¿Qué pasa en Michoacán que es en donde han comenzado ambas luchas frontales en contra de la delincuencia?
No veo una clara diferencia entre las dos estrategias, mas allá de la campaña publicitaria. En el sexenio anterior diario veíamos información acerca de las muertes del día anterior, los enfrentamientos, las fallas de la estrategia, etcétera. En los últimos meses, es rara la vez que se presenta si hubo enfrentamientos, si las fuerzas castrenses están teniendo fallas, o al menos el decir si se va por buen o mal camino.
En Michoacán, de acuerdo con Proceso, para principios del año pasado, ya existían 44 grupos de autodefensa en este estado. ¿Qué está pasando aquí?: Es en donde más pululan los grupos de autodefensa que son ilegales.
No es el fin de este artículo definir la diferencia entre grupos de autodefensa y guardias comunitarias, lo único que diré es que las segundas son legales mientras que las primeras, no.
Las cuestiones geográficas son una causal, ridícula, de la falta de estado en algunas zonas, y es que es complicado que en algunas regiones se mantenga la comunicación de la periferia con el centro si está rodeada de cerros o demás cuestiones que imposibiliten el fácil acceso. Hay grupos de policías comunitarios con más de 30 años de existencia, la diferencia es que ahora se deben de enfrentar a grupos de narcotraficantes altamente armados.
Para concluir, es necesario que se haga presente el Estado, pero no sólo con su fuerza, sino con tácticas que busquen brindar seguridad ya sea a través de guardas comunitarias o con un cuerpo policiaco digno.
Antonio Ballesteros Figueroa
Last modified: 26 enero, 2014