Vende caro tu amor.

Written by | Opinión

El mercado sexual de universitarios.

Son tiempos difíciles los que vivimos. La pandemia a la que nos enfrentamos ha causado, entre otras muchas problemáticas, una crisis económica que nos tiene a todos buscando cualquier alternativa posible para poder salir a flote y no dejarnos absorber por los gastos.

Para muchos universitarios la crisis económica actual ha significado la necesidad de encontrar su primer trabajo, hay que apoyar a la familia y traer un ingreso extra a la casa, tenemos colegiaturas que pagar y alimentos que comprar. Parece una idea grandiosa, hasta que no lo es.

En medio de una pandemia, que además incluye una crisis laboral y económica, mientras se intenta estudiar una carrera universitaria, encontrar un trabajo que se adapte a nuestras necesidades es una tarea casi imposible. La mayoría de los trabajos disponibles tienen una paga miserable por largas horas de trabajo que no se adaptan al horario de clases. Otros han optado por emprender, pero un nuevo negocio requiere mucho tiempo y esfuerzo, además de que existe una gran competencia en el mundo de las ventas.

La necesidad de pagar cuentas es una presión latente que nos persigue de forma constante. Frente la pesadilla de intentar balancear los estudios con un trabajo, emerge de las profundidades del abismo una alternativa. Ante los ojos de los universitarios desesperados se presenta el oficio más viejo del mundo en su versión más reciente: la prostitución digital.

La pornografía es altamente lucrativa, y con ayuda de las plataformas digitales, el comercio sexual está al alcance de todos desde la seguridad” del hogar. La venta de fotografías y videos íntimos se concibe como una vía simple y tentadora para pagar las colegiaturas, sin embargo, la mayoría no cuestiona la parte turbia de este negocio.

Investigaciones realizadas por psicólogos y psiquiatras estadounidenses como la doctora Gail Dines y Steve McKeown, reportan que quienes incursionan en la industria del sexo suelen padecer de trastorno por estrés postraumático en niveles similares al de los veteranos de guerra. Debemos recordar que el estar detrás de una pantalla no significa que podamos escudarnos del abuso y del acoso que suele darse alrededor de la pornografía.

Es un secreto a voces que muchos jóvenes, en especial mujeres, están recurriendo al comercio sexual digital para poder contribuir a pagar los gastos del hogar. En la mayoría de los casos, ni los padres ni las universidades saben de donde viene ese dinero, solo saben que se están pagando las cuentas y eso es algo que agradecer, pero ¿cuál es el costo real?

Algunas de las causas por las cuales los jóvenes recurren a la prostitución digital es la falta de trabajo seguro, bien remunerado y que además se adapte al horario de clases. Los bajos pagos que se dan por trabajos con largas jornadas, hacen que la venta de fotografías íntimas se vuelva tentadora, tanto como empleo de tiempo completo como actividad complementaria.

Debemos recordar también que la pandemia significó para muchas compañías la necesidad de recortes de personal o el cierre total. La Organización Internacional del Trabajo ha reportado que el grupo de 20 a 24 años ha sido el más afectado por esta situación, aumentando la cantidad de jóvenes desempleados.

Vivimos en un mundo en el que los sueldos ya no alcanzan y el salir a trabajar es arriesgar la vida, la problemática es real, tiempos desesperados requieren medidas desesperadas. Cada día el mercado sexual de universitarios crece cada vez más, y lo único que viene a mi mente es una afirmación: Como sociedad, estamos fallando, y a los jóvenes nos han olvidado.”

Diana C. Ojeda Sola
Jefe de Opinión
diana.ojedasa@udlap.mx

Last modified: 27 octubre, 2021