Written by 
El pasado 5 de marzo se celebró el homenaje a las 100 representaciones de Teatro Musical UDLAP en el auditorio Guillermo y Sofía Jenkins. La primera parte del evento consistió en la presentación del último musical de la Universidad, Una vez en esta isla. La cita en el auditorio fue a las 18:00 horas; sin embargo, quince minutos antes se dejaba ver una multitud de gente fuera del auditorio con entrada y folleto en mano. A las 18:11 horas, el evento había logrado reunir un poco más de tres cuartas partes de la capacidad total del auditorio.
Una vez en el interior del recinto, gran parte del público permaneció a la expectativa, mientras algunos pequeños se comportaban de manera inquieta y otros cuántos se saludaban con movimientos y gestos emotivos desde distintas partes del auditorio. La gente continuó llegando y con ella el bochorno se hizo presente. Quince minutos después de la cita y tras un apagón de luces, se presentó Sergio Castro Medina, Director General de Difusión Cultural, y los miembros de Symphonia, la Orquesta Sinfónica de la Universidad. Los aplausos se hicieron audibles hasta que un efecto de tormenta se dejó escuchar como estallido los apagó paulatinamente, dando pie al inicio de la obra Una vez en esta isla.
Los tambores rugieron y el espectador fue introducido a una pequeña isla de la mano de Ti Moune niña, protagonista, y de sus padres. Una brillante gama de colores, sonidos de animales y bailarines dieron vida a la humilde pero alegre comunidad de campesinos. Al borde del asiento , se trató de continuar tejiendo el sentido de la trama con los pocos diálogos que se presentaban, sin embargo, la música fue tan potente que lo impidió en varias ocasiones. Minutos después, durante el segundo acto, comenzó a haber fallas de sonido, haciendo que la voz de la protagonista apenas fuera audible para el público. Lo único que se podía apreciar en aquel momento era la coreografía y el baile de las luces que alumbraban unas máscaras danzantes.
A las 18:42 horas, el público comenzó a restregarse en sus asientos y unos cuántos sacaron su celular para mitigar un poco el sopor que reinaba en el auditorio. A pesar de las partes tediosas de la obra y unas cuántas fallas de sonido, el final logró reconectar al público con la historia y con los personajes. Por lo cual, a las 19:35 los personajes de Una vez en esta isla fueron recibidos con aplausos, dando fin a la obra. Durante los breves minutos de intermedio, el público salió a recibir el aire fresco y algunos cuántos fueron tentados a marcharse.
Una vez que el intermedió llegó a su final, el auditorio dejó ver numerosos asientos vacíos y el clima comenzó a refrescar. Sin duda, la celebración de las 100 representaciones del Teatro Musical UDLAP fue lo mejor de la noche. Apenas comenzó y el espectador ya estaba envuelto en un ambiente de nostalgia, reviviendo cada una de las obras musicales que se han presentado en la Universidad. Sin haber sido necesariamente partícipe de las obras, la celebración logró crear en el espectador un lazo íntimo que lo hizo sentir por un momento parte de la familia actoral universitaria. Al levantar la cabeza, se podía apreciar a unas cuántas señoras levantadas de sus asientos y bailando al ritmo de la música, mientras unos jóvenes balanceaban de un lado a otro sus celulares con las luces prendidas. Lo bueno del espectáculo fue que supieron transformar las imperfecciones en su mayor virtud. Lágrimas, ocurrencias y carcajadas fueron los ingredientes de la celebración para que la noche se tornara especial.
Alan Milla
Fotografía por: Iliana Hernández Valdivia
musical teatro una vez en esta isla
Last modified: 9 marzo, 2016
