Me presento, soy Carlos Guerrero, fui parte del Consejo Editorial de La Catarina, como Jefe de Opinión, en lo que fue probablemente su período más crítico, justo después de la censura (su período más dramático), en un momento en el que se quedó huérfana, sóla y en peligro de extinción. En el semestre de Otoño de 2007.
En ése momento, y por descubrimiento del Dr. Prats, a un grupo de estudiantes se nos encargó la misión de retomar La Catarina. Se diseñó desde cero, otra vez, página a página, línea por línea. Pero el objetivo se cumplió. La Catarina no dejó de publicarse.
Es por ello que me llena de orgullo y me da una gran satisfacción ver que el esfuerzo por mantener vivo el semanario ha valido la pena. Nuestro ideal en aquel momento no era otro sino el de preservar La Catarina, mantenerla con vida para que muchos otros estudiantes detrás de nosotros pudieran encontrar y desarrollar su pasión haciendo frente a lo que el Dr. Prats llamaba «El Desafío de la hoja en blanco». Preservar el legado fue siempre el propósito fundamental de aquel Consejo Editorial 2007-2008.
Hoy, al leer sus líneas desde lejos, recuerdo esos momentos, difíciles muchos de ellos, y veo que el mismo espíritu sigue ahí. Reivindicado, libre y relevante, pero sobretodo: vivo. La Catarina sigue presente para contar historias y definir con valor y responsabilidad la expresión de la libertad.
Es por ello que en este 15 aniversario quiero recordarles su misión, la de preservar y mejorar el legado, de construirlo y de definirlo, de sufrirlo y de disfrutarlo, y de siempre luchar para que sea algo original, no una copia de lo que hay afuera, sino un modelo, una publicación como debieran y pudieran ser todas.
Ánimo en esta tarea, tienen en sus manos una historia, un medio que ha pasado por mucho, y del que estoy serguro que todos los que han pasado por él, independientemente del período y de lo vivido, coinciden conmigo en la alegría que nos da el verlo por ahí, paseando descaradamente por su hábitat natural, uno tan particular, tan especial y tan único como la UDLAP.
Hola, yo fui estudiante de la Udla en otoño del 2000, y la verdad es que no tuve una muy buena experiencia al respecto por muchas cosas, solo ahorita de recordarlo tuve escalofrios, pero recuerdo que publique dos cartas con ustedes en las que yo habia sido tratado injustamente por el comite disciplinario y la realidad es que mi voz se hizo escuchar
Gracias por todo, y me da mucho gusto que sigan existiendo, extraño mucho leer el periodico
Estimados Catarinos,
¡Enhorabuena por el 15 Aniversario!
Me presento, soy Carlos Guerrero, fui parte del Consejo Editorial de La Catarina, como Jefe de Opinión, en lo que fue probablemente su período más crítico, justo después de la censura (su período más dramático), en un momento en el que se quedó huérfana, sóla y en peligro de extinción. En el semestre de Otoño de 2007.
En ése momento, y por descubrimiento del Dr. Prats, a un grupo de estudiantes se nos encargó la misión de retomar La Catarina. Se diseñó desde cero, otra vez, página a página, línea por línea. Pero el objetivo se cumplió. La Catarina no dejó de publicarse.
Es por ello que me llena de orgullo y me da una gran satisfacción ver que el esfuerzo por mantener vivo el semanario ha valido la pena. Nuestro ideal en aquel momento no era otro sino el de preservar La Catarina, mantenerla con vida para que muchos otros estudiantes detrás de nosotros pudieran encontrar y desarrollar su pasión haciendo frente a lo que el Dr. Prats llamaba «El Desafío de la hoja en blanco». Preservar el legado fue siempre el propósito fundamental de aquel Consejo Editorial 2007-2008.
Hoy, al leer sus líneas desde lejos, recuerdo esos momentos, difíciles muchos de ellos, y veo que el mismo espíritu sigue ahí. Reivindicado, libre y relevante, pero sobretodo: vivo. La Catarina sigue presente para contar historias y definir con valor y responsabilidad la expresión de la libertad.
Es por ello que en este 15 aniversario quiero recordarles su misión, la de preservar y mejorar el legado, de construirlo y de definirlo, de sufrirlo y de disfrutarlo, y de siempre luchar para que sea algo original, no una copia de lo que hay afuera, sino un modelo, una publicación como debieran y pudieran ser todas.
Ánimo en esta tarea, tienen en sus manos una historia, un medio que ha pasado por mucho, y del que estoy serguro que todos los que han pasado por él, independientemente del período y de lo vivido, coinciden conmigo en la alegría que nos da el verlo por ahí, paseando descaradamente por su hábitat natural, uno tan particular, tan especial y tan único como la UDLAP.
Saludos y adelante,
Tito
Hola, yo fui estudiante de la Udla en otoño del 2000, y la verdad es que no tuve una muy buena experiencia al respecto por muchas cosas, solo ahorita de recordarlo tuve escalofrios, pero recuerdo que publique dos cartas con ustedes en las que yo habia sido tratado injustamente por el comite disciplinario y la realidad es que mi voz se hizo escuchar
Gracias por todo, y me da mucho gusto que sigan existiendo, extraño mucho leer el periodico