Plan B

Hay situaciones complicadas en todos los lugares del planeta. A veces, la falta de comunicación y los roces pueden afectar de manera no planeada a terceros. Por ejemplo, la delegación venezolana que participó en el Modelo Latinoamericano de Naciones Unidas sufrió un suceso fuera de la planeación: la improvisación tuvo que hacer su entrada y lo cierto, es que no salió tan mal después de todo.

De la misma manera, el espacio artístico Luz de la Nevera ha tenido que sufrir los contratiempos de la falta de planeación por parte de los artistas que ahí exponen. Y es que la poca organización puede causar falta de credibilidad y acabar con espacios o proyectos que en un primer momento, en el papel, valían mucho la pena.

Como estudiantes, la carencia de planeación hace que nuestro desempeño académico a veces no sea el mejor. Sin embargo, también a lo largo de la vida universitaria aprendemos algo importante con respecto a los planes de acción: tenemos que saber improvisar.

Los infortunios estudiantiles no pueden ser una razón para quedarse con los brazos cruzados. Miles de veces hemos oído que lo que distingue al mexicano es su ingenio; es poco objetivo declarar que esto es cierto, pero sin duda (quizá por nuestra empedernida falta de planeación) tenemos que aprender a sortear obstáculos de manera innovadora.

Probablemente lo mejor sea tener un poco de ambos: en parte, ser precavidos y organizar cualquier tarea que emprendamos; y por otra, tener siempre un plan B.

Conejo editorial 2013-2014

Last modified: 25 marzo, 2014