LES SALIÓ EL TIRO POR LA CUL… ATA

Written by | Lectores Pasivos, Opinión

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Hace un par de días leí en las noticias que en Puebla hubo una balacera en la 11 Sur y Circuito Juan Pablo II. Todo por una confusión entre policías municipales y ministeriales. Los ministeriales habían llevado a cabo el arresto de un hombre por violencia doméstica. Mientras lo trasladaban, logró escapar y pidió auxilio gritando que lo estaban secuestrando. Al ver esto, los policías municipales que se encontraban en la zona abrieron fuego en contra de los ministeriales. Por suerte no hubo heridos de bala y el sujeto no logró fugarse.

Lo primero que habría que preguntarse es: ¿por qué no existía comunicación entre los grupos de policías? Se supone que deberían estar coordinados para trabajar juntos, no para dispararse entre sí en una calle transitada a plena luz del día. Por otro lado ¿qué tipo de formación reciben los policías que ante el primer grito de auxilio abren fuego, cuando pueden salir heridos tantos civiles?

Es deplorable ver como se manejan las cosas. Después del fiasco de la famosa Ley Bala, el cuerpo policíaco sigue dando razones para que no confiemos en ellos y en su preparación. Se ponen a hacer retenes sin ton ni son por todo periférico o la recta, estorbando, a ver si así reciben otra lanita por provocar, digo, presenciar un choque. Pavoneándose con sus armas como si fueran dioses, abusando del poco poder que creen tener. Luego, al primer esbozo de peligro, se ponen a disparar. Dios nos libre de que un día les toquen un grupo de niños jugando policías y ladrones para que también abran fuego contra ellos ¿Qué más se puede esperar?

En un país en el que el cuerpo policiaco no genera confianza y seguridad en la sociedad, por obvias razones, ¿hasta dónde tienen que llegar para que el pueblo se decida a buscar un cambio? ¿Cuántos deben salir heridos en una balacera entre policías para que el gobierno se decida a capacitarlos? Todo funciona muy bien mientras se sepa cómo usarlo.  Hasta la cáscara de plátano es peligrosa, ya no digamos un arma de fuego.

 

REBECA MORA C.

rebeca.moracs@udlap.mx

Last modified: 8 noviembre, 2014