Ante la crisis

Written by | Opinión

El carácter de un gobierno se determina ante lo inesperado. Solo frente a los acontecimientos imprevistos podemos ver la verdadera capacidad de acción de nuestros gobernantes. Es en los momentos de adversidad cuando podemos observar de qué están hechos. Todo gobierno tiene sus propias crisis, problemas que no se pueden prevenir o que se ignoraron hasta volverse incontenibles.

Se llegó a afirmar que el gobierno de López Obrador tenía todo planeado desde el día uno hasta la primera semana de febrero, cada decisión y cada paso que el gobierno diera ya había sido discutido y aprobado por el equipo de transición. Sin embargo, tener un gran poder no te permite manipular la realidad o predecir cualquier imprevisto.

En lo que va del mandato de López Obrador se han presentado dos acontecimientos que, aunque muy diferentes entre sí, comparten la característica de que el gobierno no estaba preparado para enfrentarlos. El primero: la muerte de la gobernadora de Puebla, Martha Erika Alonso, y su marido, el senador y ex gobernador del estado Rafael Moreno Valle, en un accidente aéreo el 24 de diciembre.

La situación se tornó muy complicada por el terrible proceso post electoral que se vivió en Puebla y por la polarización tan grande que ha vivido en los últimos meses; el gobierno federal tuvo que salir a dar certidumbre. A lo largo de la semana, el trágico accidente cubrió los titulares de los principales periódicos nacionales e internacionales. La muerte de un gobernador y de una figura importante del partido de oposición no es menor. El gobierno federal tuvo que solicitar el apoyo de agencias extranjeras para dar mayor legitimidad a la investigación que determinaría las causas de terrible suceso.

La segunda crisis con la que se topó el gobierno fue terrible en muchos aspectos: la explosión de un ducto de gasolina el 18 de enero en Tlahuelilpan, Hidalgo, causó la muerte de más de 130 personas –un número de víctimas gigantesco–. Horas antes, autoridades locales, estatales y federales sabían que las personas estaban tomando combustible del ducto. Estaban cometiendo un delito, pero eso no significa que merecieran morir de esa forma; existen procesos que se deben seguir para que las personas que realicen algún ilícito lo paguen.

Ante esta tragedia vimos mucha mezquindad. El gobierno se movilizó una vez que sucedió la explosión, y es ahí donde surgió el vendaval de preguntas: ¿no se pudieron movilizar efectivos para desalojar a las personas? ¿el estado mexicano no tenía la capacidad para proteger la integridad de estas personas? ¿acaso el gobierno cree que cualquier acción de fuerzas estatales es represión y por eso decidieron no intervenir?

Estas dos situaciones sorprendieron al gobierno federal y, ante las crisis, se vio obligado a reaccionar. Se pueden realizar políticas públicas muy bien estructuradas o planes de acción a largo plazo para otros problemas, pero en situaciones como estas, vemos de cuerpo entero al gobierno: ante la crisis es donde las autoridades muestran su verdadero carácter y su capacidad para gobernar.

 

Alexis Murillo Corona

@AlexisMurilloC

alexis.murilloca@udlap.mx

Last modified: 18 febrero, 2019