In My Life…The Beatles.

Written by | Opinión, Shut up and listen

ShutUp

Este semestre estoy tomando un estudio general que me hace sentir afortunada de estudiar en una universidad como la UDLAP (aparte de la gran oferta de estacionamiento… cough, mentira, cough). El curso se llama “La música ‘pop’ a partir de los Beatles / La música de los Beatles“.  El profesor, el cual es un tipazo,  da la clase con más emoción que cualquier otro maestro con el que haya llevado una materia. Todo esto, a pesar de la falta de entusiasmo de algunos compañeros que, al parecer, son muy COOL para los Beatles. (En mi caso, yo soy too cool for school, así que les gano a todos).

Honestamente, creo que es una de las mejores clases que he tomado (10 final por la porra). Mi conocimiento de la música  –a pesar de haber aprendido a tocar la canción de Titanic en la flauta en sexto de primaria– es nulo. Sin embargo, esto no me ha impedido disfrutar al máximo el aprender sobre los orígenes del Rock and Roll, su evolución en los años 60, la influencia de  la contracultura, el movimiento de los Hippies, los beatniks y sobre todo, aprender más sobre una parte fundamental en mi vida: Los Beatles.

La primera película que recuerdo haber visto es Help, evidentemente, a esa joven edad mi nivel de inglés era nulo y a pesar, de ahora conocer toda la letra de canciones de los Beastie Boys, en ese entonces no entendía nada de la película; against all odds,  se convirtió en mi película favorita durante mucho tiempo. ¿Cómo puede ser?, se preguntan mis queridos lectores, pues bien, los diálogos no me decían nada, pero la música sí (that is some deep stuff man).

Para mí, los Beatles van más allá de armonías espectaculares o del mito de Lennon y McCartney, más allá de Yoko e incluso más allá que la chica Bond de Ringo. Para mí, los Beatles representan los desayunos del fin de semana, cuando mi papá ponía Revolver a todo volumen para despertarnos (aunque Air Supply hacía apariciones ocasionales); representan mis viajes a Acapulco escuchando sus álbumes, viajes en los que me obligaron a aprender palabras que no comprendí hasta mucho tiempo después.

Hoy, a  casi dos años de la muerte de mi papá, no pasa un día sin que escuche una canción de los cuatro de Liverpool que no me recuerde a él. Los Beatles, fueron el soundtrack de mi infancia, George fue mi primer amor (seguido por el Power Ranger rojo) y mi primer corazón roto también, cuando murió en 2001. Cada canción  es un momento congelado en el tiempo que vuelvo a tener con mi papá. ¿Qué no es ese el propósito del arte verdadero? ¿Hacerte sentir algo? Es por esto que les estaré eternamente agradecida a John, Paul, George y Ringo, porque a pesar de que dos de ellos ya no están, yo siempre tendré, a través de su música, a mi papá.

Yo sé que a muchos no les encantan, que hasta cierto punto se consideran choteados. Hay otros que dicen amarlos y no se saben ni cinco canciones (esos son los peores). La realidad es que los ames o los odies, sabes quiénes son, reconoces y te sabes por lo menos una de sus canciones y estás consiente, que de cierta forma, cambiaron el mundo; no tiene que ser necesariamente el tuyo, pero sí el de alguien que conoces.

En mi caso, los Beatles son sinónimo de mi tiempo con alguien muy importante y bien lo dijeron Simon & Garfunkel “preserve your memories they’re all that’s left you“. ¡Qué afortunados somos los seres humanos! porque encontramos consuelo en los lugares más inesperados, robando la obras de los artistas y convirtiéndolas en nuestras.

Esta columna es para todos los que han perdido a alguien cercano, porque saben lo preciado que son las cosas que te recuerdan a ellos y against all odds te hacen sonreír.

Pd: No uses playeras de los Rolling Stones si no conoces por lo menos 6 canciones  y like a Rolling Stone no cuenta, porque es un cover de Dylan.

Julieta Muñoz Portal

julieta.munozpl@udlap.mx

Last modified: 18 marzo, 2016