Un Castigo: un semestre más.

Written by | Opinión

Seguramente, más de alguno de nosotros ha sentido que su rutina diaria consiste en pasar de la cama al escritorio, y del escritorio a la cama. Nunca nos imaginamos que todavía después de lo que tuvimos que resistir gracias a la emergencia sanitaria por COVID-19, seguiríamos bajo las mismas circunstancias, incluso cuando casi toda institución educativa ya abrió sus puertas y se permitió el regreso a las aulas.

Aun así, los alumnos de la UDLAP hemos sido sentenciados a pasar más de la mitad de nuestros días frente a una pantalla con el fin de continuar con nuestra educación. Y ¡qué sentimiento!, ¿no? Saber que por un semestre más nuestra dinámica de clases se verá limitada a poner preguntas en el chat y copiar diapositivas mientras el profesor imparte clases.

Hoy por hoy parece que, para quienes retienen el Campus, el hecho de que como estudiantes tengamos metas, queramos superarnos, aspiremos a solucionar o simplemente entender problemas de nuestro alrededor, es un error. Por lo menos, no es su prioridad.

Aunque valoramos y agradecemos profundamente el esfuerzo de nuestro cuerpo docente y de la Universidad en general por mantenernos motivados y continuar con las agendas académicas, simplemente ya no se puede. La educación bajo estas circunstancias no se siente más como derecho: se vive como castigo impuesto a toda la Universidad por conflictos que nada tienen que ver con ella.

En respaldo a toda manifestación de la comunidad universitaria por la liberación del campus.

 
Rafael García Díaz
Columnista
rafael.garciadi@udlap.mx

Last modified: 27 octubre, 2021