EL CONTRATO SOCIAL COMO FORMA DE RECUPERAR AL PAÍS

Written by | El Agitador, Opinión

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Durante mi tiempo en la Universidad pude conocer distintos países de América Latina y hablar con gente que siempre tendrá algo qué contar. Con esos viajes, y ahora que me encuentro en México, me puedo dar cuenta que existe un gran conflicto entre las sociedades y los gobiernos.

Las actuales manifestaciones en distintos países de América Latina son el reflejo de un problema grave entre los gobiernos, instituciones públicas que se deberían encargar de generar bienestar en la población y la ciudadanía, la cual empieza a comprender que tiene la facultad de exigir, manifestarse y decidir sobre el rumbo de sus países.

En el Contrato Social, Rousseau expone cómo la soberanía recae en la sociedad y no en los dirigentes. Más adelante los países aceptamos que por medio de votaciones el contrato social se volviera efectivo, sin embargo, después de elegir democráticamente ya no existen formas de evaluar y exigir a nuestros gobernantes, rompiendo ese pacto entre las dos partes.

Gran parte de los países en América Latina caen en la ruptura del contrato social, sin embargo la sociedad empieza a entender lo poderosa que puede ser cuando se une. En Bolivia, Evo Morales es abucheado en las minas, en los autobuses y fuera del palacio de gobierno; en Venezuela la gente golpea cacerolas para hacerle saber a Maduro que no está de acuerdo con la dictadura; en Chile, los estudiantes no olvidan que la educación debe ser gratuita y salen a las calles; en México nos hemos dado cuenta que elementos de seguridad pública y crimen organizado son prácticamente lo mismo y empezamos a exigir justicia. Estas manifestaciones y otras que se dan en el continente, son parte de demandar el cumplimiento del contrato social entre gobernantes y gobernados.

¿Cómo? Primero debemos entender que todos tenemos opiniones y que todas deben ser respetadas, aunque no sean parecidas a las nuestras; que exigir rendición de cuentas, justicia o libertad no es sinónimo de violencia, al contrario, debe ser sinónimo de diálogo. Por último, debemos entender que la sociedad es el órgano rector del país, no el gobierno, entonces la legitimidad y soberanía se encuentra entre las personas todo el tiempo y no solo a la hora de llenar las urnas.

ALAN BETANCOURT T.
alan.betancourtts@udlap.mx

Last modified: 7 enero, 2015