«Somos un país necesitado de triunfos» Manuel Pérez Tejada

Written by | Lado Alterno

La oficina es amplia, pero calurosa. A finales de febrero la primavera empieza a invadirnos con sus primeros bochornos sobre las ventanas. Todo lo que ahí habita, libros sobre la mesa, películas en el estante trasero, fotografías y posters colgados; parece sentirse có- modo con su rol y ubicación. En el cubículo, el ventanal lateral que comparte una hermosa vista despejada y verde, ilumina en tonos brillosos la silueta de aquél que me ha concedido una charla.

Hace apenas una semana, Alejandro González Iñárritu se consolidaba como un grande en la esfera cinematográfica del cine mundial. Con Birdman como fruto de su creatividad y apuesta, el Negro se fue a casa con cuatro Oscars incluyendo el de mejor director y mejor película. México se enorgulleció por un premio de talento mexicano y también se adjudicó el victoria de un proyecto alejado del contexto nacional.

Bajo este panorama platicamos con Manuel Antonio Pérez Tejada Domínguez, doctor en estudios de cine y medios por la Universidad de Kansas, quien coincide en que la conquista de los galardones de González Iñárritu es meramente personal: “El triunfo de Cuarón el año pasado y el de Iñárritu este año, ambos junto con Emmanuel Lubezki en la fotografía, son triunfos de talento mexicano, pero individuales porque no tienen que ver con el cine que se produce dentro de la industria en nuestro país con recursos y talento mayoritariamente mexicano”, expresó

Profesor de tiempo completo en el departamento de comunicación de la UDLAP y admirador del film que hizo a González Iñárritu consagrarse como el más grande en la noche de los Oscars, Pérez Tejada reconoce la capacidad de esta comunidad de mexicanos en el extranjero para arriesgar en sus propuestas. Habla de Guillermo del Toro, de Alfonso Cuarón, del Negro: “son directores que en México demostraron su efectividad pero que luego se aventuraron a dejar lo que ya habían construido aquí para buscar oportunidades fuera”, precisó.

Reconoce los logros y se enorgullece. Afirma que talento mexicano existe como para exportarlo y pelear en los más altos niveles. Saca a relucir otro grande de la cinematografía nacional como lo es Amat Escalante y su no muy lejano palmar a mejor director en Cannes por su largometraje Heli. También relaciona, bajo una línea muy delgada, la convicción de captar en películas como El laberinto del fauno, Gravity y Birdman, tenues referencias mexicanas conectadas con el realismo mágico, tan característico en la escritura de Juan Rulfo: “con la película de del Toro, es obvia la fantasía; en Gravity, cuando se corta la narrativa real con el sueño de la protagonista, donde aparece su compañero perdido y abre sin problema la cápsula en el espacio para tomarse un vodka como si nada. Birdman es ese juego de remembranza, de evocación; lo vemos también en la fotografía”.

Habla pausado, sin prisa. Concede las respiraciones necesarias a cada frase. Hila las ideas en oleajes que cautivan por su manera y contenido. El vaivén de palabras, en tono bajo, hace creer que lo que comparte es un secreto. Entonces, de sus suaves reflexiones pareciera que de repente grita: “somos un país necesitado de triunfos”.

Así, la conversación sobre la mexicanización del Oscar a mejor filme y el alarde ante la mención del director sobre la situación del país en un discurso politizado, sale a relucir. Pérez Tejada hace un análisis de la reacción patriótica entre la sociedad mexicana y el Negro; cree que nuestra cultura muestra una voluntad debilitada y vencida donde sólo ganan unos pocos; por eso es que nos vemos representados en el cineasta: “tomamos al compatriota, a esa persona que reconocemos y entonces pensamos que sí es posible y lo celebramos porque lo necesitamos”.

Prosigue la misma idea y en varios minutos no cesa: “nosotros estamos discutiendo y tratando de encontrarnos ahí. Sin embargo, hay que darnos cuenta que ellos están en una industria ajena a la nuestra, con recursos económicos superiores que les permite hacer muchas cosas”. Por otro lado, no descarta la importancia de los líderes cinematográficos que pueden, desde su posición de influencia, decir algo que a veces nosotros, aunque lo vociferemos, no somos escuchados. Aboga –recargado en su escritorio, con las manos a veces juntas y en ocasiones sueltas, aligeradas y explicativas–, que decisiones como la de Cuarón, de hacerle un cuestionario al presidente sobre la reforma energética, son satisfactoriamente solidarias: “¿De qué nos sirve que ganen sus películas? Que haya, desde un lugar de privilegio, un cuestionamiento a lo que está ocurriendo en el país. Iñárritu ante el micrófono utiliza unos segundos donde podría decir muchas cosas y tiene la claridad de señalar el desmerecimiento de nuestro gobierno. Ese es el valor de estos triunfos, y en particular, de triunfar en un medio como es el cine, con tanta proyección”.

Está claro que para el profesor, la aptitud de este reconocido grupo de mexicanos, inspira y da esperanza. Siempre será algo positivo ver a otro paisano salir victorioso en cualquier ámbito. Igualmente, siempre será alentador darse la oportunidad de charlar, sin prisa y deseoso de aprendizaje, con Manuel Pérez Tejada. Su ofi- cina es cálida. Conveniente es el recibimiento y la despedida del doctor que, con un apretón de manos, te transmite con seguridad que no será la primera, ni la última conversación con Manuel Pérez Tejada. Su oficina es cálida. Conveniente es el recibimiento y la despedida del doctor que, con un apretón de manos, te transmite con seguridad que no será la primera, ni la última conversación

Willy Budib

willy.budibhe@udlap.mx

Last modified: 3 marzo, 2015